Problema Sencillo


Me enteré de la pronunciación oficial de Tepatitlán contra la pena de muerte, uniéndose a una red mundial de ciudades llamada Comunidad de San’t Egidio, que entre otros movimientos se opone a la pena capital.

La cosa fue que Tepatitlán se adhirió formalmente a esta liga con la iluminación de un edificio público, que en este caso fue el palacio municipal, el pasado 30 de noviembre, manifestando al mismo tiempo su rechazo al castigo letal.

Investigando en la propia página de la comunidad de San’t Egidio (www.santegidio.org), este grupo señala que nació en Roma en 1968 por iniciativa de un joven que reunía a un grupo de estudiantes para escuchar y poner en práctica el Evangelio. Enseguida dieron clases a niños pobres de la periferia romana; así se fueron extendiendo varias partes del mundo hasta estar actualmente en más de 70 países.

Sus principales actividades son la oración, enseñanza en las llamadas escuelas de paz, el acercamiento a los pobres, la asistencia social y el pronunciamiento contra la pena de muerte, que fue por lo que Tepatitlán ingresó.

Dada la alta religiosidad del municipio y su clara identificación con la Iglesia Católica, es comprensible que se comulgue con las ideas de San’t Egidio.

Lo que no cuadra es el asunto de la pena de muerte, pues el ayuntamiento nunca preguntó si los tepatitlenses estaban a favor o en contra de este castigo. 7 días sí lo hizo hace unas semanas y la respuesta fue un Sí de la mayoría de 20 personas que se les preguntó, dieron sus nombres y se les tomó una foto.

Caray. Tuvimos mala suerte y al momento de hacer ese sondeo nos topamos con puras personas que sí quieren la muerte para la basura de la humanidad. Quizá en la presidencia también hicieron su sondeo, pero para no hacerlo complicado no mostraron los resultados, muchos menos los nombres y las fotos como este Semanario sí lo hizo.

¿Existirán católicos que sí quieran la pena capital? Sí los hay y hasta hace relativamente poco tiempo para el Vaticano era legal, claro que sólo para aquellos que hubieran intentado asesinar al Papa en turno, lo cual nunca se aplicó y se abolió dicha ley en 1969.

Es un tema difícil aunque no debería serlo. En esta semana el Congreso de Coahuila aprobó el castigo letal y dicha ley deberá ser leída por la Cámara de Diputados y la de Senadores a fin de que a su vez modifiquen la Constitución Mexicana y así quedar abolida la pena y el estado norteño sea el primero en condenar a muerte a los secuestradores que maten a sus víctimas (también fueron los primeros en aprobar las uniones legales entre homosexuales).

El gobernador coahuilense y priísta Humberto Moreira, dijo que la pena capital ya no está a discusión y ahora nomás queda ver cómo van a matar (a los secuestradores), porque es la única manera de acabar con el problema de secuestros y asesinatos que dañan a tantas familias –totalmente de acuerdo con usted, Gobernador-.

De inmediato el senador panista Gustavo Madero dijo que dicha ley es anticonstitucional –si por eso quieren cambiar la Constitución, ¿no puso atención, senador?- y que si Moreira decidía aplicarla podría hacérsele un juicio político y destituirlo por desacato, además que la mayoría en la Cámara no permitiría la nueva pena (no esté tan seguro señor Madero).

Decíamos que es un tema difícil pero que no debería ser así, porque en este asunto hay dos posturas y dos tipos: los que sí quieren la pena y nada pueden hacer porque se instaure, los que no la quieren y nada pueden hacer por evitarla, los que sí quieren y tienen el poder para instaurarla y los que no quieren y tienen el poder para evitarla.

Si por algo no se aplica la ley pues no pasa nada, se quedarán con las ganas los que sí querían; pero si sí se pone en práctica aún los que no quieran tienen la opción de no alentarla o participar de ella.

La cosa debería ser sencilla. El Vaticano a pesar de su obvia postura en contra, su vocero Federico Lombardi dio en el clavo diciendo que "El uso de la pena capital es un instrumento que la Iglesia católica condena cada vez más. Sin embargo, cuando un gobierno se pronuncia a favor de una iniciativa como esta es la señal de que algo está pasando en ese pueblo".

Si todos fuéramos gente bien nacida no habría necesidad de tan bárbara solución, pero como hay mucho hijo de puta…

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