El Hospital Regional y...

La Carabina de Ambrosio

+ No supieron qué hacer con Flavia embarazada
+ Ah pero se deslindan de toda responsabilidad...
+ Y el tal Santiago que amenaza ya con aparecer

Por Fabiola González Ontiveros

Pues resulta que mi cuñada tiene casi 37 semanas de embarazo. Es primeriza y está nerviosísima por este asunto, contenta y miedosa al mismo tiempo, por el dolor que sabe que va a tener que resistir cuando le llegue la hora.

Bueno, el caso es que el domingo pasado, mientras mi mamá y mi sobrina fueron a la vía recreativa a darle su estrenada a la bicicleta que le trajo el Niño Dios a Mariana, mi hermana y yo nos quedamos en la casa a descansar, como en un clásico domingo de flojera absoluta.

Pero alrededor de las 5 de la tarde que llega mi hermana en friega a la recámara donde me encontraba, celular en mano, para decirme que nuestro nuevo sobrino estaba por llegar, aún con las 4 semanas que le faltaban, parecía que Santiago (porque ya tiene nombre y todo) no estaba dispuesto a quedarse dentro de Flavia por mucho tiempo más.

Según lo que me contaron, Flavia comenzó a sentirse muy mal a medio día del domingo y fueron a dar a la Cruz Roja donde casi casi la mandaron por las cocas; le dijeron que ahí no tenían ni las medicinas ni el equipo adecuado para tratarla, por lo que la mandaron al Regional con todo y que se sentía fatal.

Llegaron al Regional y cuando la revisaron le dijeron que tenía 2 centímetros de dilatación. Yo me enteré del chisme a partir de ahí, porque fue lo que me dijo mi hermana cuando aún estaba hablando con mi mamá por celular.

Cuando por fin colgó y habiéndome sacado ya de mi domingo de flojera, nos pusimos nerviosas y Gabriela me dijo que me preparara porque probablemente tendríamos que ir a hacer guardia al hospital. Nos cambiamos e hicimos nuestras bolsas con todo lo necesario, corriendo como desquiciadas por toda la casa y chocando entre nosotras cada 2 minutos.

¡Era la llegada de un sobrino nuevecito! Hace poco más de 8 años que no hay bebés en la casa y de una manera u otra estábamos ansiosas por ver al morrito ese que pronto estaría con nosotros.
Cuando ya nos íbamos al hospital llegaron mi mamá y mi sobrina a la casa, dijeron que allá nos iban a estar esperando Flavia y Gustavo, así que nos fuimos en carro a toda velocidad al regional, cosa ridícula porque el hospital está a 3 cuadras.

Estaban dentro del carro, afuera del hospital, y nos explicó mi hermano que como al bebé aún le faltaba un mes y sería prematuro, podría necesitar cuidados especiales, y que si nacía el niño en ese momento no se los iban a poder dar porque todo estaba ocupado. En pocas palabras les dijeron que se rascaran con sus uñas en otro lado, que se fueran a donde pudieran pero que ahí no… Claro, haciéndolos firmar un documento en el que el hospital se libraba de toda responsabilidad si les pasaba algo.

Con todo eso se fueron a Guadalajara a buscar con miles de trabajos el Hospital de la Mujer, donde les dijeron más o menos lo mismo, pero ahí les dijeron que iban a retrasar el parto con medicamentos porque aún no era tiempo.

¿Retrasar el parto? A chin… ¿eso se puede? Creía que cuando a una mujer le llegaba la hora y empezaba con la dilatación ya no se podía hacer más que recibir pronto al niño, pero parece que no. Además ¿para qué lo iban a retrasar? si se supone que después de los 8 meses ya no es peligroso que nazca el bebé… y de todos modos tiene que salir algún día ¿no?

Pues yo no sé, pero el chiste es que se lo retrasaron y le prohibieron moverse, por lo que se quedaron a dormir allá en casa de mi tía. Lo que me pregunto es por qué no le hicieron eso en el Hospital Regional de Tepatitlán para ahorrarse el peligro que representó el llegar a Guadalajara en el estado de mi cuñada, ¿acaso no están capacitados?, francamente no lo entiendo.

A final de cuentas Santiago no ha nacido, y nosotros lo seguimos esperando y ahí a ver cuándo se le ocurre aparecerse en el más acá. No es que esté en el más allá, pero ahí dentro de la panza de Flavia aún no podemos jugar con él, verlo, cargarlo...

No importa… lo seguiremos esperando, porque como ya dije algún día tendrá que salir.