Vino gente de toda la región
+ La urna llegó de San Juan y luego partió rumbo a Lagos de Moreno
7 días.- Los cálculos de Protección Civil
eran de al menos 10 mil personas, pero esta cifra fue superada y se calcula que
alrededor de 20 mil feligreses de toda la región de Los Altos y hasta de la
Zona Metropolitana de Guadalajara, se dieron cita este jueves 8 por la tarde en
el centro de Tepatitlán, con motivo de la visita de las reliquias de Juan Pablo
II.
La caravana de vehículos con los restos y
la figura del Papa viajero, llegaron con casi una hora de retraso a la ciudad,
procedentes de San Juan de los Lagos sin embargo, la gente desde la mañana ya
había estado llegando al centro de Tepa, con el fin de "apartar" un
buen lugar en la vía pública y estar en primera fila para presenciar la llegada
de las reliquias de Karol Wojtyla. Inclusive un puñado de personas durmió a las
afueras de la parroquia de San Francisco.
La camioneta con la figura de cera del
difunto papa y la cápsula con la sangre del mismo, llegaron a la parroquia a
las 4:15 de la tarde; muchos comenzaron a hacer cola para poder entrar al
templo y ver de cerca la urna, mientras que dentro del recinto, sacerdotes y
voluntarios ultimaban detalles para el recibimiento de las reliquias.
Para agilizar el evento, se determinó que
los que quisieran ver o tocar la urna, lo hicieran avanzando en la fila y
llegando al lugar donde yacían las reliquias, sólo tenían unos segundos para
estar ahí y luego abandonar la parroquia por una puerta secundaria. Hubo un
acceso especial para personas discapacitadas y enfermos que desearan estar en
el lugar.
A pesar de las horas que llevaban ya
parados, los miles de feligreses seguían afuera de la parroquia, copando las
dos plazas principales de la ciudad y las calles del centro.
Ya por la noche, la urna con las
reliquias dejó la parroquia de San Francisco, enfiló rumbo a la plaza Hidalgo,
donde habría un breve homenaje, para de ahí dirigirse a la autopista y partir
rumbo a Lagos de Moreno, donde pasaron la noche la figura de Juan Pablo II, su
sangre y las personas que las resguardaban.
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