¡Qué caprichosa es la vida del
glamour!
Lo que era un verdadero dolor de cabeza
para los automovilistas.
Lo que fue motivo de varios sepelios.
Lo que resultó del crecimiento urbano de
la ciudad de Tepatitlán, ahora tiene nombre y tiene figura. Se llama “Turboglorieta de la avicultura”.
Con esta acción la alcaldesa sella un
compromiso contraído con su familia y con el sector que le catapultó a la
función pública.
Sin la avicultura, Tepa sería un pueblo
más de Los Altos de Jalisco, un flaco pueblo más de de esas “tierras flacas”
que describió Agustín Yáñez, allá en la mitad del siglo pasado.
Sin la avicultura ésta sociedad no tendría la
misma economía, la misma solvencia. Sin la avicultura, Tepatitlán no captaría
el tercer monto más grande en los bancos de Jalisco. Tampoco generaría más de
22 mil empleos ante el IMSS y, por supuesto, no habría tanto comercio,
reflejado en más de 8 mil negocios registrados ante Padrón y Licencias.
La
avicultura no sólo le ha traído a Tepa bonanza económica, sino identidad
política.
Uno de cada cuatro huevos mexicanos sale
de las gallinas de Tepa.
Son, por ende, los huevos, lo más propio
de la pujanza tepatitlense. No es albur, pero en Tepa hay muchos huevos.
Por eso, la ahora nombrada “turboglorieta” ha
servido de pretexto para honrar a la actividad preponderante de esta economía
local.
Si
Mexticacán ya tiene su monumento a la Paleta. Si Arandas tiene su carretera de
los agaves. Era hora que Tepa mostrara sus huevos y no es casualidad que sea
Cecilia quien le apueste por colocar ese producto característico sobre un
pedestal en la entrada principal a la ciudad.
Ramón González levantó unos “Arcos de la
Esperanza”. Cecilia puso el huevo más grande en la ciudad y, por si hubiese alguna
duda de cuán grande es la esperanza del gobierno, le han colocado alas al huevo
gigante, en alusión al vuelo que se emprende en esta ciudad con este tipo de
actividades.
Ha
generado en los primeros días de su exposición una considerable polémica. Unos
lo cuestionan, otros lo aplauden. Lo cierto es que el huevo con alas de la
turboglorieta sirve también para cerrar un ciclo -como en la avicultura- para
la alcaldesa de Tepatitlán: desde su eslogan de campaña, hasta su despedida de
la alcaldía.
De los huevos salen pollos, los pollos
tienen alas y las alas sirven para levantar el vuelo…
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