A pesar de la poca agua
Junto a la cortina de la presa, hay un
área arbolada de aproximadamente dos hectáreas, donde además hay asadores,
juegos infantiles, comedores y una fuente de sodas. A dichas instalaciones ya
se les nota el deterioro de los años, los botes de basura son insuficientes y
los desperdicios quedan amontonados.
Por otra parte, conforme la tarde se va
oscureciendo, sujetos aprovechan que el lugar poco a poco se va quedando solo,
para consumir bebidas embriagantes a la orilla de la presa, lo que en ocasiones
ha generado riñas al calor de las copas o intentos de suicidio con gente que
quiere lanzarse desde la cortina a las aguas.
En la superficie cada vez menos extensa
de agua, pescadores lanzan sus redes con la esperanza de sacar alguna carpa o
lobina, aunque para ello sea necesario lanzar la atarraya varias veces.
Según los encargados de la tienda que
vende refrescos y botanas a los visitantes, el poco nivel de agua no ha
desalentado a los visitantes que acuden los fines de semana, ya que estos
vienen más bien por los asadores y porque hay el suficiente espacio para jugar,
organizar una fiesta o descansar, además de ser una de las pocas zonas
arboladas que existen dentro de la ciudad.
En cuanto a los que aprovechan para tomar
cervezas, los empleados dicen que sí se llegan a dar algunos pleitos, sobre
todo de palabras y cuando ven que la discusión sube de tono o bien pasan a las
agresiones físicas, entonces llaman a la policía, pero por lo general, sólo
están un rato, con música a todo volumen y a carcajadas, sin que la cosa pase a
mayores.
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