¿Victoria?



¿A quién le tocará sanar las heridas?

 Cuando en diciembre pasado el Consejo Estatal decidió que el abanderado priísta por Tepatitlán debía ser electo por el pueblo en general, no midieron las consecuencias de su decisión.
O no sabían a qué estaban jugando o alguien les tomó el pelo para negociar luego las posiciones. Lo cierto es que, cuando se hicieron las reglas para el juego, aún no quedaba muy claro quién sería el jugador (o los jugadores). Eso provocó que en los últimos dos meses, los jaloneos entre priístas estén a la orden del día.
 Cuando Cecilia, en su calidad de alcaldesa, llamó a los suspirantes y les pidió que se hicieran uno solo en la persona del Doctor Manolo; todos los empleados y colaboradores municipales supusieron que irían solos o contra el exlíder tricolor Oscar Navarro. De pronto apareció la empresaria Nena de Anda y, sumando de poco a poco, fue logrando una considerable fuerza ciudadana, sin sueldos ni puestos en el gobierno, sólo con voluntad.
 En las últimas semanas parte de los equipos se han polarizado. Las diatribas entre gente del mismo partido ha sido la constante. Los rumores y los mitotes están hasta en el “facebook”; a esta pugna natural por alcanzar la nominación se le sumó a persistente presencia de Cecilia Alcaldesa-Candidata, a quien no se le distingue en qué momento habla como mujer de Estado o como aspirante a otro hueso. El rol de la alcaldesa de Tepatitlán ha sido un factor importante en el nerviosismo que se percibe en los tres equipos de los aspirantes a sucederla en Octubre próximo.
 Aún y con todos los chismes, presiones, despidos del Ayuntamiento, presiones para “bajar” candidatas, no se pudo ajustar a modo de la clase gobernante el proceso priísta y, este domingo finalmente tendrán el veredicto final. La noche de este 4 de marzo se conocerá finalmente a quién le favorece el proceso interno priísta.
 Seguramente no habrá mayores sorpresas en los resultados.
 La noticia será conocer si quien venza mañana es capaz de sumar a la mayoría de los integrantes del otro equipo, salir como un solo grupo rumbo a la elección del 1 de julio próximo.  Se antoja difícil, porque los priístas, sobre todo los viejos priístas, no saben jugar a la democracia, ellos están acostumbrados a meterse zancadilla, a hablar “a Guadalajara” para que les resuelvan su vida interna, en lugar de que hablen las nuevas expresiones de participación social.
 En fin, mañana domingo, después de varias semanas de intrigas, golpes bajos, pellizcos y piquetes de ojo, los priístas sabrán quien será su aspirante constitucional, quien le pretenda dar batalla al también dividido panismo que llegó con un candidato de unidad porque no vieron “condiciones para jugarla democráticamente”.
 A quien gane este domingo, le espera un PRI roto, dolido y con unos dirigentes tibios y una figura presidencial abrumadora, hostigadora que le podría impactar en las campañas, aunque bueno, para esas falta aún por lo menos mes o mes y medio y ya viene Abril, para que se les olviden un poco los mordiscos que se han venido dando y todo, todo por el méndigo sueño de seguir en la nómina…

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