Por Oscar Maldonado Villalpando
Nos pasamos lamentando lo que nos ocurre.
Pensamos en la mala suerte, en la desgracia. Pero cada momento de vida es
maravilloso, lo que nos acontece, lo que tenemos, las mismas dificultades
tienen el gran significado del poder para salir delante de ellas, para
sobrellevarlas. ¿Cuánto daríamos no por vivir, al menos recrear, vivamente,
ciertos momentos que no volverán? Esto sea dicho no por querer vivir la
fantasía de lo que ha pasado, sino para valorar lo que estamos viviendo y nos
acontece ahora. Ilumina, en gran forma, lo que el Papa Juan XXIII se trazó para
su propia vida después de un tiempo de ejercicios espirituales.
Reflexiones del Papa Juan XXIII
Decálogo de la serenidad
1.– Sólo por hoy trataré de vivir
exclusivamente este día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una
vez.
2.– Sólo por hoy tendré el máximo cuidado
de mi aspecto. Cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no
pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mi mismo.
3.– Sólo por hoy seré feliz en la
certeza que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo sino en
este también.
4.– Sólo por hoy me adaptaré a las
circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten a mis deseos.
5.– Sólo por hoy dedicaré diez minutos de
mi tiempo a una buena lectura, recordando que, como el alimento es necesario
para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del
alma.
6.– Sólo por hoy haré una buena acción y
no lo diré a nadie.
7.– Sólo por hoy haré, por lo menos, una
cosa que no deseo hacer y, si me sintiera ofendido en mis sentimientos,
procuraré que nadie se entere.
8.– Sólo por hoy me haré un programa
detallado. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré y me guardaré de
dos calamidades: la prisa y la indecisión.
9.– Sólo por hoy creeré firmemente,
aunque las circunstancias me demuestren lo contrario, que La Providencia de
Dios se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo.
10.– Sólo por hoy no tendré temores. De
manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la
bondad.
0 Comentarios