Su hijo padece discapacidad
+ La DRSE dice no poder intervenir, pues
no
tiene injerencia sobre un instituto de paga
7 días.- Un padre de familia de
Tepatitlán acusó a una escuela particular, atendido por religiosas, de negarle
el acceso a su hijo por padecer de una enfermedad congénita, misma que le
impide caminar, argumentando la institución que sus instalaciones no están
diseñadas para recibir a alumnos con discapacidad.
Rafael Cortés Jáuregui, señala que su
hijo nació con una malformación llamada espina bífida, misma que le inflige una
discapacidad casi total para caminar, sin embargo, al cumplir siete años, lo
inscribió a una escuela privada de nombre Instituto Ana María Casillas, donde
fue aceptado con algunas condiciones, como el de llevar una constancia firmada
por un médico que diga que el menor presenta una enfermedad incapacitan y que
alguien de su familia lo acompañe a las clases para movilizarlo dentro del plantel,
al no haber nadie designado por parte de la escuela para dicha tarea. De esta
manera, el menor cursó dos años en ese plantel, hasta llegar a la edad de nueve
años.
Sin embargo, añade el padre, al finalizar
el presente año escolar, la directora del plantel, una religiosa de origen
italiano, le anunció que para el siguiente ciclo deberá buscar una escuela de
educación especial, donde se encarguen de niños con algún problema físico o
intelectual, ya que la institución actual no tiene las instalaciones adecuadas
para recibir a un alumno con discapacidad.
El hombre se dijo extrañado ante lo
comunicado por la directora, pues la discapacidad de su hijo sólo era física y
que fuera de necesitar quién lo lleve y lo traiga por los pasillos de la
escuela, está al día en su aprendizaje y se ha adaptado bien al ambiente
escolar con sus compañeros.
Ante la negativa de la institución, la
familia acudió a la Delegación Regional Altos Sur de la Secretaría de
Educación, donde les dijeron que ninguna escuela pública puede rechazar a un
alumno de capacidades diferentes, siempre y cuando se cuente con la
infraestructura necesaria para atenderlo, pero por tratarse de una institución
privada, la DRSE no podía intervenir.
Se buscó el punto de vista de la escuela,
de donde dijeron que ese asunto lo resolverían directamente con los padres del
niño en cuestión.
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