Empoderarlas




Las cunas que mecen las manos…

 Se ha convertido en un mal endémico de la burocracia tepatitlense.
¿Ha querido Usted hablar con algún Director o Jefe del Ayuntamiento y no lo ha encontrado?
¿Le han contestado que no se encuentra, que está en junta, que salió a Guadalajara o que está de vacaciones?
 Esta gorda, fea e inoperante burocracia de Tepatitlán ha caído en el más espeluznante de los cinismos cuando, en las oficinas municipales, quienes traen la sartén por el mango son las auxiliares administrativas o las secretarias de cada jefatura o dependencia.
 Ahora el Gobierno tiene líneas telefónicas en cualquier oficina, están enlazadas entre sí, pero hacia el público, la comunicación no se da con tal eficiencia.
 Lo mismo es en Oficialía Mayor, que en Obras Públicas, en Servicios Municipales que en Sala de Regidores.
 Los “jefes” nunca están, o difícilmente están disponibles.
   “Buenos días, ¿se encuentra el funcionario X?
   ¿Quien le busca?
   Fulano Pueblo de tal colonia
   No se encuentra… salió a Guadalajara a una reunión y no sabemos si regresa hoy o hasta mañana…¿quiere dejarle recado?
   Pues sí, pero para qué le dejo recado, si nunca está…
 Algo tiene qué hacer la gente del gobierno para eficientar sus métodos de atención ciudadana. Parece que entre los jefes del Ayuntamiento nadie tiene prisa –a menos que sean asuntos donde ellos tienen ciertas preferencias o afinidades-. Por lo demás, si el ciudadano desea ser escuchado, atendido o, en caso extremo, encontrar una solución a sus inquietudes, tendrá qué padecer el viacrucis de localizar al funcionario, ser agendado, ser atendido, ser escuchado y, tal vez, ser considerado en su petición.
 En este vicioso círculo de las ausencias de los jefes, son las secretarias a quienes les toca, en muchos casos, resolver la atención ciudadana, pero algunas no están facultadas para tomar decisiones; otras, ya con larga carrera en sus respectivas oficinas, saben a quién sí y a quien no agilizar las respuestas de sus jefes.
 Son algunas de las asistentes de oficinas de gobierno quienes vienen resolviendo (si hay voluntad), los temas que se les requieren a los funcionarios de “primer nivel”. Entonces habría que ajustar el organigrama y hacerlas a ellas jefas y a sus jefes, auxiliares. Por lo menos con el nombramiento, aunque los sueldos sigan igual.
 Resulta pues lamentable tener una carga impositiva para saldar los sueldos quincenales de funcionarios que viajan, se juntas, se capacitan, se van de vacaciones, salen por sus hijos al Colegio, se van a desayunar, organizan ferias,  y, si les sobra algo de su valioso tiempo, se lo dedican –muy agotados- a los fastidiosos ciudadanos que llegan a hacer alguna solicitud o a pedir alguna atención a sus oficinas.

 Lo peor del tema es que, los Regidores, que son la máxima autoridad del municipio, están taaaaaan preocupados por sus asuntos personalísimos, que no tienen tiempo para darse cuenta de lo que la población padece ante una parsimoniosa y costosa burocracia.

Publicar un comentario

0 Comentarios