Pbro. J. Arturo
Cruz Gutiérrez
Lo que importa es que las noticias
lleguen al bolsillo de la gente pobre. No queremos oír propuestas,
promesas, discursos, reformas, cruzadas, de eso estamos hartos, lo único que
les pedimos a nuestros representantes es algo sencillo, que el bienestar
de la gente se sienta en sus bolsillos.
Eso es lo único que pretendemos escuchar
de ustedes, lo demás no nos interesa. Solo para eso los hemos nombrado como
nuestros representantes, si van a lograr este objetivo, los seguimos
sosteniendo en el poder, si no están para lograrlo, pues muy sencillo
nombraremos otros que logren lo que les pedimos.
Porque de verdad ya hemos esperado
bastante y les hemos tenido demasiada paciencia y ya no estamos dispuestos a
seguirlos aguantando, ya estuvo bueno de que nos vean la cara, ya nos la vieron
mucho tiempo, por eso les damos un ultimátum, Si van a lograr ver por los
intereses del pueblo adelante, sino háganse a un lado que nosotros lo podemos
hacer y lo haremos mejor
Somos hijos de
discursos fallidos
El discurso de que las cosas van a
cambiar, que van a ser diferentes, ese cuentito lo tenemos escuchando por más
de 70 años y la vida de los mexicanos no se ve que tenga mejores condiciones.
Hay mexicanos que somos hijos de la crisis, que nacimos con ella, que crecimos
para ella y moriremos por ella. Muchos vemos tan normal esta cuestión, que ni
siquiera nos cuestionamos el por qué de nuestra vida así, a veces lo vemos como
una maldición que traemos, que nos ha venido de lo alto y le decimos a Diosito:
“por qué a nosotros Señor, por qué a nosotros nos tocó vivir así, qué pecado,
qué culpa hemos cometido para que nos llegara esta maldición, por qué nacimos
con mala estrella?
Y le echamos la culpa al Señor. Andamos
buscando un chivo expiatorio a quien culpar de todos nuestros males, cuando el
único mal que traemos está en nosotros mismos, ya que no hemos sido
capaces de organizarnos adecuadamente y por eso nos han sobre
venido toda clase de calamidades
Hagamos al
hombre, para que piense en el hombre
Cuando Dios hizo el universo, nos
cuenta el libro del Génesis, en sus primeros capítulos, leemos que lo
que Dios hizo el primer día era bueno. Amaneció y amaneció el segundo día. Y
así, nos va narrando los demás días de la creación. Lo más interesante de
todo, es cuando llega a la creación del ser humano, cuando Dios dijo:
“Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Que domine a los animales del
campo, a los peces marinos y a todo ser que se mueva sobre la tierra”. Que sea
el Rey de la creación. Es interesante tomar este texto, porque, Dios cuando
dijo estas palabras, Él nunca pensó decirlas para un grupo en
especial que después se iban a apropiar de estas palabras, esa no fue la
intención pero se corría el riesgo de que más de alguno pensara que se las dijo
a él.
Desde el principio no fue esta la
intención. Podemos decir que todo lo hizo muy bien, lástima que se le salieron
estas palabras de que el hombre iba a dominar a todo cuanto se mueve sobre la
tierra. Creo que Dios no las dijo pensando en unos gandayas, que se iban a
sentir los dueños y señores del mundo.
Nosotros también le reclamamos a Dios y
le decimos: “Todo lo hiciste muy bien pero ¿por qué le das el mando s algunos
gandayas que se han aprovechado de toda la riqueza que tiene la tierra? Porque
a muy pocos les diste mucho y a muchos no les diste nada, ¿por qué fuiste tan
injusto, por qué hiciste esta marcada diferencia?, ¿por qué a algunos nos
hiciste menos?
Yo he oído en tus escritos, en la sagrada
Escritura que una de tus virtudes es la justicia que tú no haces acepción de
personas, que eres igual para con todos, que haces salir el sol sobre justos e
injustos y que haces bajar la lluvia sobre buenos y malos. Entonces, no eres tú
el injusto, los injustos somos los hombres que nos hemos apartado de ti y nos
hemos vuelto egoístas y hemos pensado solo en nuestros intereses y nos hemos
rodeado de un grupo de amigos que han tomado las riendas del mundo y son los
que llevan en sus manos su destino.
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