Por el padre Miguel Ángel
padre.miguel.angel@hotmail.com
Termina un año y debemos darle gracias al Señor por todo aquello que recibimos de su Divina Providencia. Gracias por la vida y el amor, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Con un acto de fe y gratitud ofrezcamos al Señor todo lo que ha pasado en el año: el trabajo que alcanzamos a realizar y las tantas cosas que pasaron por nuestras manos y lo que con ellas pudimos construir. Presentamos también al Señor a las personas que a lo largo del año amamos, las amistades nuevas, las que nos dieron la mano y aquellas a quienes pudimos ayudar y con quienes compartimos la vida, el trabajo, el dolor y la alegría. Pero también, debemos pedir perdón: perdón por el tiempo perdido y desaprovechado; por el tiempo mal gastado; por las palabras inútiles y el amor desperdiciado; perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho y perdón por vivir muchas veces sin entusiasmo, perdón, Señor, por el bien que `pudimos haber hecho y no lo hicimos. Estamos iniciando un año nuevo y queremos detener nuestra vida ante el calendario que nos anuncia el año aún sin estrenar. Desde hoy te pedimos para todos la paz y la alegría, la fuerza y tu Providencia, la esperanza y la sabiduría. Queremos vivir cada día en gracia y con entusiasmo y sobre todo, cerca de Ti y contando contigo. Queremos llevar a todos parte de nuestro corazón que queremos llenar de compasión y misericordia. Cierra nuestros oídos a tanta falsedad y nuestros labios a palabras mentirosas, egoístas, mordaces e hirientes. Abre en cambio nuestro ser a todo lo que es bueno y que nuestro espíritu se llene de tus bendiciones y las repartamos a nuestro paso. Danos un feliz año y que aprendamos a compartir nuestra felicidad.
Hay muchas personas que presentan a Dios sus buenos propósitos de Año Nuevo y se esfuerzan por cumplirlos.
Recuerdo un amigo que se propuso comenzar el año nuevo siendo más puntual en sus obligaciones, porque casi siempre llegaba tarde, le pusieron como apodo monseñor Tardini y gracias a Dios se logró mejorar mucho en su puntualidad. ¿Tú, qué vas a mejorar?
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