El barquito


Por el padre Miguel Ángel
padre.miguel.angel@hotmail.com

Un niño se hizo un barquito de madera y salió a probarlo en el lago, pero sin darse cuenta, el barquito impulsado por un ligero viento fue más allá de su alcance.

Apenado corrió a pedir ayuda a un muchacho mayor, que se hallaba cerca, que le ayudara en su apuro. Sin decir nada el muchacho empezó a levantar piedras y echarlas, al parecer en contra del barquito.


El pequeño pensó que nunca tendría su bote otra vez y que el muchacho grandote se estaba burlando de él; hasta que se dio cuenta que en vez de tocar el bote cada piedra iba un poco más allá de este y originaba una pequeña ola que hacia retroceder el barco hasta la orilla. Cada piedra estaba calculada.

Por último el juguete fue traído al alcance del niño pequeño, que quedó contento y agradecido con la posesión de su pequeño tesoro.

A veces ocurren cosas en nuestra vida que parecen desagradables, sin sentido ni plan, pero si esperamos un poco, nos daremos cuenta de que cada prueba, cada tribulación, es como una piedra arrojada sobre las quietas aguas de nuestra vida, que nos tare más cerca de Dios.


“Estar más cerca de Dios” esa es nuestra tarea en esta vida para que en la otra vida podamos estar con el por toda la eternidad.

Cada cosa que acontece en nuestra vida, si sabemos aprovecharla, servirá para nuestro provecho espiritual.

Hay personas que son tan humildes que nunca se sientan ofendidas con nada y con nadie, porque han aprendido a reconocer en cada momento la mano bondadosa de Dios.

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