Una pareja estuvo casada por más de 60 años, habían compartido todo y no se habían guardado ningún secreto nunca. Lo único que no compartían era que la viejita tenía en su closet una caja de zapatos y le había pedido a su esposo que nunca la abriera y que no le preguntara sobre ella.
Durante todos estos años, él nunca pensó en la caja, pero un día la viejita se enfermó mucho y el doctor les dijo que ya no se recuperaría de su enfermedad.
El viejito tratando de arreglar todas las cosas de la viejita antes de que muriera, se topó con la caja de zapatos y se la llevó a la viejita a su cama.
Ella le dijo que ya era tiempo de que supiera lo que había adentro.
Cuando la abrió encontró 2 muñecas de crochet y una pila de dinero, eran 95,000 dólares.
Él sorprendido le preguntó sobre el contenido de la caja y ella le dijo:
– "Cuando nos casamos, mi abuela me dijo que el secreto de un buen matrimonio era nunca discutir, me dijo que cada vez que me enojara contigo yo debería de guardar silencio y tejer una muñequita de crochet".
El viejito se tuvo que contener para no derramar unas lágrimas, ya que solo había dos muñecas en la caja.
Así que ella solo se había enojado con él dos veces, en todos esos años llenos de amor y entendimiento.
Él estaba que no se la creía y sumamente conmovido.
– "Oye amor -le dijo el viejito- ya entendí lo de las muñecas… pero ¿y el dinero? ¿De dónde salió?"
– "Ah" -le dijo la viejita- ese dinero es lo que gané de todas las muñecas que vendí durante todos estos años".
A veces nos llevamos sorpresas que nos duelen y otras que nos llenan de alegría, pero lo más importante es saber ser transparentes ante los demás como dijo Jesucristo acerca de su futuro apóstol Bartolomé: “Eh aquí un verdadero israelita en el cual no hay doblez”.
Ojalá que todos sepamos vivir de esa manera, sin hipocresías, sin mentiras, sin engaños para nadie.
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