-Maestro, ¿Qué piensa del dinero?, preguntó el discípulo.
-Mira a la ventana-le dijo el maestro- ¿qué ves?
-Veo a una mujer con un niño, una carroza tirada por dos caballos y a una persona que va al mercado.
-Bien, ahora mira al espejo, ¿qué ves?
-¿Qué quiere que vea?, me veo a mí mismo, naturalmente.
-Ahora piensa: La ventana está hecha de vidrio, lo mismo que el espejo. Basta una pequeñísima capa de plata por detrás del vidrio para que el hombre sólo se vea a sí mismo.
-Maestro: el dinero es muy útil, es energía materializada, es una forma de trueque.
-Pero el dinero puede convertirse en una trampa. Entonces hace que solo pensemos en nosotros y que nos olvidamos de los demás y de nuestro propósito.
De verdad, qué útil es el dinero para comprar comida, ropa, zapatos y muchas cosas necesarias. También nos sirve para pasear y conocer muchos lugares bonitos.
Pero no debemos olvidar que el mal uso del dinero nos puede traer muchos sufrimientos y enfermedades como por ejemplo cuando se usa en vicios y malos hábitos como la droga, exceso de alcohol o cigarro.
También nos perjudica cundo nos hacemos ambiciosos y tacaños, acumulando dinero sin utilizarlo para el bien propio o de los demás.
Dicen que algunas personas viven con hambre y enferman teniendo dinero y no queriendo gastarlo, y cuando quieren comer algo bueno ya es demasiado tarde.
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