Un profesor que se consideraba ateo quería probar a sus alumnos que Dios no existe, que era malo. Les preguntó:
- ¿Creó Dios todo lo que existe?, si es así entonces también creó la maldad.
Entonces un niño cristiano levantó la mano para responderle al profesor. El niño preguntó:
- ¿Existe el frío profesor?
El profesor respondió:
- Claro que existe el frío muchacho, qué clase de pregunta haces, ¿acaso nunca has tenido frío?.
El niño contestó:
- De hecho, profesor, el frío no existe. De acuerdo a las leyes de la Física lo que consideramos como frío es en realidad la ausencia de calor.
Volvió a preguntar el niño:
- Profesor, ¿la oscuridad existe?.
El profesor respondió nuevamente:
- ¡Por supuesto que existe la oscuridad!.
El niño replicó:
- Usted se equivoca profesor, la oscuridad es la ausencia de luz. Podemos estudiar la luz, pero no la oscuridad. -continuó el niño:
- El mal tampoco existe. Al igual que el frío y la oscuridad, Dios no creó el mal. El mal es el resultado de lo que sucede cuando el hombre no tiene el amor de Dios en su corazón.
El niño tomó asiento y todos, incluido el profesor, estuvieron asombrados y le dieron la razón al niño.
Es importante para nuestra vida comunitaria tener en cuenta que la fe en Dios nos abre muchas posibilidades y cualidades que tenemos escondidas y dormidas.
La fe en Dios es una fuerza que nos hace lograr grandes cosas. Por la fe el patriarca Abraham dejando su tierra y su parentela se fue a una nueva tierra que Dios le entregó y se convirtió en padre de una gran nación. De Abraham nació Isaac, de este nació Jacob y de ahí surgieron las 12 tribus de Israel hasta llegar a Jesucristo.
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