Es fácil montar equipos con jugadores pirateados de todos lados, "qué mamey", así cualquiera, es como copiarse en un examen y sacar una buena nota. Lamentablemente hoy día esa es la moda, ya los dirigentes no quieren pasar trabajo, digo... no todos, todavía queda un remanente que enseña con amor y diligencia. La mayor parte de esta claque pirata se pasea por los parques buscando sus presas.
De la misma manera hay padres cuyo ego deportivo se llama ganar, ganar y ganar, no sabiendo que muchas veces su hijo tendrá que compartir con 15 peloteros con la misma tendencia. Quiero ser claro, no digo o afirmo que ganar es malo, ganar es un "estadio" que se necesita en cualquier deporte. Ahora bien, ganar en buena lid cuando se ha trabajado con un personal no diestro deja una huella saludable de que se hizo el trabajo.
Sé de muchos equipos que han sido asaltados por estos depredadores deportivos, cuya meta es ganar a toda costa. A estos no le importa lo que tengan que hacer con tal de aglutinar el producto que ha desarrollado otro. Esta raza no agarra en sus equipos a niños que no saben jugar o su destreza no es la mejor, si no tienen el real talento le replican" búscate otro equipo, este está lleno ya".
Mentira, con esta excusa lo que hacen es sacarse al niño de encima y seguir recolectando el botín preciado en la comarca deportiva. El pirata de jugadores contiene fragmentos negativos de su vida pasada, me explico, tal vez en su niñez pasó por momentos difíciles deportivamente hablando y ahora quiere lucir a toda costa. Este es un problema de índole psicológico donde la arrogancia lo arropa de pies a cabeza.
Conozco muchos casos, me comentaba un amigo mío que un apoderado con estos síntomas iba a los parques, se escondía y cuando ya tenía sus presas se les acercaba a los padres ofreciéndole la luna, las estrellas, villas, castillos, y hasta los astronautas, "no se apure, que a su niño no le va faltar nada, aquí tendrá de todo, es más, no pague nada, yo me encargo de todo”.
Fanfarrias mmm… gato encerrado. Así es, esto es lo que está pasando en las ligas, qué pena, a lo que ha llegado todo esto. Al final de la cacería el pirata tendrá 15 muchachos a los que les ha ofrecido jugar los dos juegos, ay mamáaa, atuquiiiiiiiii. Pero los padres también tienen la culpa aceptando estos tratos, unos prueban y cuando ven la realidad se tienen que chupar un limón durante toda la temporada.
Definitivamente esto ocurre y seguirá ocurriendo en el béisbol infantil y juvenil.
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