Honor a quien honor merece
• Pasaron 60 años pero ya se está honrando su memoria
• Sus descendientes heredaron el gusto y dinamismo del gran charro
Un sueño acariciado por más de 60 años por fin el domingo pasado se hizo realidad y así se le hace honor y justicia a unos de los tepatitlenses que más han aportado a la ganadería y la charrería del municipio y todo Jalisco y que hasta hace poco sólo se sabía de él por una calle que lleva su nombre y algunos documentos y libros de historia perdidos por ahí: don Andrés Z. Barba Camarena, quien ya tiene su busto en la plaza de armas de esta ciudad.
Descendientes directos del charro y ganadero, entre ellos su nieto Ricardo Zermeño Barba, emocionados estuvieron presentes en la develación del busto que tuvo lugar en el centro de Tepatitlán, en el marco de las fiestas de abril. El evento fue por la mañana del pasado domingo y se dio a conocer parte del legado del tepatitlense, que impulsó como pocos o ninguno la charrería por todo Jalisco y algunas otras partes del país.
Andrés Z. Barba desde su infancia se dedicó a las labores del campo y la ganadería y estando inmerso en el ambiente pronto descubrió su gusto por la charrería y gracias a su dinamismo y espíritu trabajador pronto abrió haciendas y ranchos por todo Jalisco, fomentando la cría de ganado y el deporte nacional charro.
El esfuerzo le valió a don Andrés el reconocimiento de las autoridades estatales y federales, quienes le dieron cargos relacionados con la producción de ganado y del campo en general, pero el tepatitlense, nacido en una comunidad de Capilla de Milpillas a finales del siglo antepasado, lejos de aprovecharse de los puestos públicos para enriquecerse o abusar del poder, siguió fomentando las actividades en las que era experto entre la población, muchas veces poniendo lo que ganaba como servidor público.
La intención del charro de Tepa era simplemente transmitir su pasión y ayudar así a la gente.
Volviendo a lo ocurrido el domingo, luego de descubrir de manera formal el busto de don Andrés Z. Barba, se hizo una cabalgata en su honor, la cual partió del centro de Tepatitlán hasta el rancho La Misericordia en Capilla de Guadalupe.
Posteriormente en esa misma delegación se ofreció una comida por parte de los familiares de don Andrés Z. Barba.
Los descendientes por su parte con el paso del tiempo han seguido con las actividades heredadas por don Andrés y siguen inmersos en la charrería, la ganadería, la producción de tequila y negocios relacionados.
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