El tenebroso recuerdo del gasoducto de Zapo


• El gas se acumuló por una fuga y explotó
• Miles prefirieron cambiarse de casa


Por Víctor Ontiveros

A 8 años de las explosiones en el gasoducto que pasa por Zapotlanejo, los habitantes cercanos al siniestro aún no le pierden miedo, y ante cualquier estruendo o flama que ven cercana a la planta de gas o la termoeléctrica, los recuerdos vuelven.


En aquel 18 de octubre de 20012 una máquina perforó el gasoducto al hacer una mala maniobra, desde la tarde elementos de Protección Civil y Bomberos de varias corporaciones atendían el siniestro, no se podía hacer mucho, ya que pasarían varios días en poder vaciar la tubería, solo era cuestión de evitar alguna explosión.


Pero poco antes del 19 lo que se temía llegó: la explosión del gas acumulado cimbró a la comunidad de Corralillos, que era la más cercana. En ese momento los pobladores de Corralillos, La Paz, Santa Fe, La Mezquitera y El Tlacuache se alarmaron, y se estima que alrededor de dos mil personas por voluntad propia dejaron sus casas. La columna de humo se podía ver desde Tepatitlán o Guadalajara.


El caos esa noche era evidente. Recién entraba la administración del Güero Pulido y un nuevo comandante de Protección Civil que no supo actuar ante la emergencia. Los pobladores pedían transporte, se les veía caminando a media noche por la carretera buscando alejarse de otra posible explosión, y el municipio no pudo controlar la situación.


Se habilitaron albergues en escuelas, y en la Casa de la Cultura en Zapotlanejo para resguardar a los habitantes que así lo decidieran, mientras se sabía a ciencia cierta qué es lo que seguía en un evento nunca visto, no solo para Zapotlanejo, sino para la región.


Bomberos de varios municipios estaban en la zona, aunque no se podía hacer mucho porque se debía consumir todo el gas que se encontraba en el ducto, porque, aunque estuvieran cerradas las válvulas acumulaba miles de pies cúbicos de gas.


La autopista a México tuvo que ser cerrada, provocando un doble caos vehicular, porque todo se tuvo que desviar hacia Tepatitlán para entrar o salir de la capital.


Afortunadamente, no hubo personas fallecidas (solo un perro que estuvo cercano al momento de la explosión). Pemex descartó una emergencia mayor y solo era cuestión de que se acabara el combustible para que la flama desapareciera.


Años después, en versiones de los propios rescatistas, señalan que el punto de ignición fueron los mismos bomberos al activar un altavoz, como el gas se encontraba en toda la zona, al momento de apretar el botón hizo una chispa que incendió todo alrededor.


En lo local, el director de Protección Civil fue removido debido a su mala actuación. El ducto fue reparado, y las obras que se realizaban continuaron sin mayor problema. Nunca se supo de multas, de personas detenidas o de un aumento en los protocolos de seguridad para la zona.

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