Fueron por vacunas, encontraron esperanza


• Llegaron nerviosos, salieron agradecidos
• Sólo un incidente se reportó en el Morelos


“Qué bonito se siente estar vacunado, estoy tan feliz” señaló Armida López, quien a pesar de tener pesadillas la noche anterior sobre las posibles reacciones a las vacunas de Sinovac que le sería aplicada a la mañana siguiente, le dijo a su hija Clara que la llevara de una vez y temprano para tratar de ser una de las primeras en recibir la dosis. Ésta y otras historias de nerviosismo y luego felicidad se pudieron ver en los distintos puntos de vacunación del día uno en Tepatitlán.


Armida tuvo la suerte de encontrarse por azares del destino con Rosa María, Salvador, Ángeles y Carlos, quienes llegaron uno tras otro a la clínica 168 del IMSS, la sorpresa al verse les causó risas, todos se conocían, sus hijos era muy amigos entre sí, como si se hubieran puesto de acuerdo, todos esperaban en el mismo lugar y por la misma razón, el nerviosismo se olvidó poco a poco y la espera, aunque larga resultó ser más amena.


Armida con su ficha número 89, tardó 5 horas en ser atendida, los demás entraron con minutos de diferencia. “Estoy muy nerviosa, ya sigo yo” señaló Rosa María a su hija, “Tranquila mamá, no pasa nada”. Mientras tanto a la Señora Ángeles se le subió la presión del nerviosismo o la emoción, luego de unos minutos, cuando se le bajo pudo ser vacunada y esperar en una sección con los demás para ver si no les causaba alguna reacción. Todos salieron sonrientes y hasta cierto punto más tranquilos de la clínica.


“Valió la pena la espera, y mejor que la pasamos juntos, nos vemos dentro de un mes” se despidieron, no sin antes tomarse la foto del recuerdo.


El primer día de la jornada fluyó mejor en unos puntos que otro, la saturación se vio reflejada en los cinco módulos de vacunación y algunos fueron más lentos que otros, en el segundo día, las cosas mejoraron notablemente y tal como el día anterior las dosis se terminaron.


Vacuna al ritmo de piano


Para el miércoles las autoridades municipales decidieron hacer más amena la espera de la aplicación de la vacuna a los adultos mayores y para ello tuvieron una ingeniosa idea y es que el maestro Hugo Valenzuela amenizó la mañana tanto en el complejo Hidalgo como en el Auditorio Morelos, con sus notas musicales interpretadas en un pequeño piano.


Los adultos mayores que acudieron a estos módulos de vacunación disfrutaron de un concierto y por un momento olvidaron el nerviosismo que conlleva la espera de la aplicación de la vacuna, gracias a la Red Municipal de Talleres Artísticos de Tepatitlán quien organizó un recital de piano interpretado por el Maestro Hugo Valenzuela en estos dos puntos de vacunación. Un gesto que definitivamente sorprendió y agradecieron los presentes a quienes la espera se les hizo más corta.


Jueves caótico


Para el miércoles al mediodía la asistencia de los adultos mayores disminuyó drásticamente, a través de distintos medios, el ayuntamiento invitaba a que acudieran. Personas de otros municipios, sobre todo de la zona metropolitana de Guadalajara llegaron y se vacunaron sin ningún problema. 


Por ello para el jueves el rumor de que los adultos de Tepatitlán no estaban yendo y que personas de otros lados recibían la vacuna hizo eco y una gran cantidad de personas de Guadalajara, Zapopan y hasta de Guanajuato acudieron, sobre todo, al auditorio Morelos, lugar que contaba con la mejor agilidad en su logística y que a pesar de las largas filas, el avance era relativamente rápido.


Todo iba con normalidad, pero alrededor de la 12:30 de la tarde, comenzaron a ver que la mayoría no era de Tepatitlán y las autoridades decidieron que era hora de traer camiones de las delegaciones para recibir la vacuna. A pesar de haber pasado horas en la fila, algunos ya dentro del auditorio, la dosis les fue negada a personas de fuera. Luego de que una voz señalara, “Solo personas de Tepatitlán, de Guadalajara no”, la molestia comenzó a hacerse presente.


Los de “fuera” pedían que fueran vacunados, habían hecho ya la fila, estaban a pocos minutos de ser vacunados y no parecía que hubiera mucha gente del municipio, además la mayoría sabía que muchos sí habían logrado vacunarse en días anteriores, sin embargo, la respuesta fue la misma “primero los de Tepatitlán”. 


Les señalaron que, si después de traer a los adultos mayores de las delegaciones sobraban dosis, podrían ser vacunados, les pidieron que hiciera otra fila, los camiones comenzaron a llegar de distintos puntos del municipio. Alrededor de las 2 de la tarde, algunos preguntaron que cuántas dosis quedaban, “100, no creo que alcancen”. Unos decidieron mejor irse, más que molestos, tristes y con la esperanza tirada a la basura de poder recibir una dosis que saben que en su municipio será más difícil de conseguir.


A las 4:00 de la tarde el ayuntamiento volvió a invitar a través de sus redes sociales a la gente para que acudiera a vacunarse, señalaron que en el Complejo Hidalgo ya no había vacunas, pero en el Centro de Salud, IMSS, Regional y el Auditorio Morelos, el cual se supone a las 2 ya solo había 100 dosis restantes, todavía había disponibilidad. “Únicamente se podrán vacunar ciudadanos de Tepatitlán” fue la puntual observación que ahora se podían ver en las invitaciones a la jornada de vacunación.


Haciendo de lado el jueves negro, los demás días se llevó a cabo la jornada de vacunación con calma, organizadas y eso sí, con el entusiasmo de todos los brigadistas, que a pesar de las largas horas de trabajo, nunca dejaron de sonreír y ver por todos los adultos mayores. Fueron ellos los que se llevaron las palmas de oro, desde quien repartió las fichas, hasta el aplicador de vacunas, todos y cada uno de ellos, se llevó un gracias de quienes ahora ven una pequeña luz en el camino, por lo menos, la mitad de ella, la segunda la verán, si el gobierno federal cumple, dentro de un mes.

 

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