Por Christian Villalobos
El presidente de la república desde que fue candidato a la presidencia mostró que su forma de actuar es el populismo, la mentira y las viejas y corruptas prácticas que tanto daño hacen al país y la ciudadanía, podemos ver ahora a través de sus políticas públicas vemos reflejadas estas conductas, con la diferencia que ya no se limita a un discurso con fines electorales, ahora esto impacta en la vida de miles de mexicanos, de los cuales muchos creyeron en la mercadotecnia de Andrés Manuel López Obrador, creyendo en su proyecto de nación que resultó ser una síntesis de una mezcla extraña entre el proyecto de Venezuela, mezclado con el de Colombia con un pequeño toque del cubano, en fin una izquierda que no es socialista, un parche raro de ideologías que se mecen al compás de los intereses y de las pantallas que el presidente de la república intenta mostrar, desde su llegada a la presidencia en el 2018, pocos han sido los triunfos concretos de esta administración, pero las promesas, espejismos y chismes que nacen del corazón de la famosa mañanera, son la marca característica de este gobierno demagogo.
Desde la campaña AMLO, prometió quitar la pensión a los expresidentes y además enjuiciarlos, por los presuntos delitos que pudieron realizar durante sus administraciones, sin embargo López conoce de antemano que esto es una promesa vacía, ya que muchos de esos presuntos crímenes ya prescribieron y además si una persona comete un delito sea quien sea, incluyendo al jefe del ejecutivo, las fiscalías y demás autoridades judiciales, tienen la obligación de investigar, enjuiciar y condenar todo acto delictivo sin la necesidad de que el Jefe del Estado mexicano lo ordene. Nuestro país tiene un orden constitucional claro, un marco jurídico que permite la acción de la justicia de manera oportuna y expedita.
Las consultas ciudadanas como las que nos propone el presidente para este domingo tienen una base constitucional y democrática, basada en la sincera participación ciudadana, es una verdadera pena que se pierda la confiabilidad y sobre todo la credibilidad de estas consultas con los postulados y sobre todo las mañas con las que el presidente las presenta.
Con pena y tristeza afirmo que el ejecutivo mexicano le apuesta a engañarnos, sabe por los índices de participación que no alcanzara el mínimo constitucional, por lo tanto se lavara las manos al decir, “que pena no se pudo”, utilizando este tema como uno más de sus distractores.
Mientras estas prácticas continúen nuestro país no podrá avanzar y la desilusión ciudadana será mayor lo que nos llevara a una apatía mayor y generalizada por la participación social, por lo que invito a los amables lectores, a darnos cuenta que la vida pública es superior a esto, que debemos participar en la instauración y rehabilitación de la vida pública, para evitar que sigamos viendo gobiernos autócratas, inquisitivos como nuestro actual gobierno.
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