Tierra soñada… ¿para la delincuencia?

Por Álvaro Torres

Muchos podemos recordar algunos años atrás, muchas casas del Centro Histórico de Tepatitlán mantenían sus puertas abiertas durante el día, principalmente nuestros abuelos, una costumbre que, a mi parecer, era generada por la confianza social con que se vivía años atrás. Recuerdo la sensación del viento fresco y del olor a memoria que salía de los oscuros zaguanes y la interacción entre la calle y la casa era posible, aunque fuese para echar sólo un vistazo o decir ¡hola! y echarse a correr con la misma velocidad del eco. 


Aquellas interacciones desde el espacio público (banqueta) con el espacio privado, eran muestra de la tranquilidad y la seguridad con vivíamos, no por estar la puerta abierta significaba que se podía entrar a esas casas, había un sentido de respeto que generaba seguridad en las calles. Eso se terminó, esas costumbres no están presentes en la ciudad, la inseguridad no lo permite. 


Es bien sabido por todos el aumento de la inseguridad, están ocurriendo situaciones muy desafortunadas que contaminan enormemente nuestra tranquilidad de habitar, y me atrevo a decir que es algo nuevo para muchos de nosotros. Por mencionar algunos, como el feminicidio de la ciudadana “C.” ocurrido aproximadamente cinco años atrás, una mujer que fue privada de su vida y robada en su domicilio, a sólo un par de calles de la plaza de armas, ella vivía con la confianza social y la costumbre de tener las puertas abiertas o el caso reciente del desafortunado intento de violación a una ciudadana que hacía uso de su confianza social para sanamente habitar la ciudad o los asaltos a casas habitación, principalmente de personas mayores que ocurren y que poco a poco han matado la tranquilidad con que se vivía en el centro.


Nuestra ex tranquila ciudad está enfermando de inseguridad a la par de su crecimiento, y como “buena” enfermedad invadirá las células (habitantes) del organismo llamado Tepatitlán. 


Pero podemos y debemos recuperar esa confianza para poder vivir una ciudad más tranquila y con respeto, una tarea difícil, pero no imposible, se entiende que el crecimiento de la ciudad y la cantidad de habitantes plantean nuevos retos, pero quizá es la seguridad el primer reto que debemos abordar. Desde la arquitectura y el urbanismo podemos abordar este problema. 


Existe una relación entre el aumento de la inseguridad con el aumento de No Habitabilidad del centro, cada vez menos personas vivimos en esta zona y el comercio cada vez más se apodera del centro, esto genera mucha vida durante el día y un enorme vacío por las noches. Este vacío es el escenario perfecto para la inseguridad, ¿quién va a ver, escuchar o brindar ayuda a los llamados de auxilio ante un crimen? ¿Esperaremos a que el centro de la ciudad, el corazón de Tepa, este terriblemente enfermo y sea más complicado cada día vivir con la confianza social que nos merecemos?


Sería más propicio tener un centro histórico donde convivan de manera proporcional y ordenada diferentes usos de suelo, es decir que en todas las edificaciones posibles haya vivienda y comercio, o vivienda y servicios. Son necesarios reglamentos que regulen y promuevan los usos mixtos en el centro y en toda la ciudad dependiendo la vocación y alcance urbano de cada zona. Este esquema de habitar además de frenar la inseguridad, tiene otros beneficios, una ciudad más compacta significa una ciudad más eficiente, sería más económico mantener menos calles y banquetas en buen estado, sería más económica la movilidad y podríamos convivir más de cerca los habitantes y generar lazos de confianza.


La modalidad de usos mixtos está presente en la ciudad, pero no con énfasis que deberíamos imprimirle, la habitabilidad en nuestra ciudad está siendo generada con base en la inseguridad y funciona para algunos, pero no para todos, y al final no funcionará para nadie. Los nuevos fraccionamientos, además de lejanos y sin hablar del reto de movilidad que esto produce, están orientados a la privacidad, misma que se genera por la necesidad de sentirnos seguros, pero esa seguridad es “real” sólo dentro de las paredes que privan la interacción y la conectividad de la ciudad, además de segregar y acentuar las diferencias entre los habitantes. Las calles vacías que rodean estos fraccionamientos quedan cegadas ante la posible interacción y por ende protección de quienes recorren esas calles.


¿Quién siente seguridad al recorrer la oscura y desolada calle Morelos, a la altura de la unidad deportiva después de las 9:00pm? ¿Quién hace paseos en el fresco y sombreado andador del río? 


Las calles necesitan vida y eso ayudará para tener mayor seguridad. Mientras nuestra arquitectura se ciegue a la interacción urbana, mayores serán los puntos de inseguridad y combatirlo será más difícil cada día, o mejor dicho, combatir la inseguridad será más difícil cada fraccionamiento más o cada comercio más que gane a la habitabilidad. 


Los comercios le están ganando a la posible habitabilidad del centro, no sólo por ocupar los espacios de las casas que muchas veces de valor patrimonial, son modificadas a cambio de una cortina metálica que no le suma nada a nuestro entorno urbano ni cultural. 


Un comercio requiere compradores, mismos que se transportan en automóviles y así aparece otro eslabón en la cadena de retos que se deben abordar para tener un Centro Histórico digno y ejemplo de buena habitabilidad que se pueda replicar en diferentes zonas de la ciudad.



Publicar un comentario

1 Comentarios

  1. La construcción de edificios de departamentos con primera planta de uso comercial podría ayudar a mejorar la habitabilidad del centro, PERO se debe fomentar que los costos de renta/venta de estos no sea DELIRANTE ya que ese estilo de costo ABUSIVO en Tepatitlán provoca que las personas busquen vivienda con precios mas razonables, lo cual desemboca en la construcción de colonias cada vez mas retiradas, que terminan siendo marginadas y todos sabemos cuales son las consecuencias sociales de que la mayor parte de la población este marginada: crimen y violencia.
    Creo que el crecimiento VERTICAL de la ciudad ayudará bastante a concentrar la población y por lo tanto será mas sencillo cubrir las necesidades básicas de todos los habitantes y aplicar programas sociales para los mas necesitados.
    La ciudad ya tiene mucha gente, debemos vivir mas cerca y estar mas conectados, como en todas las ciudades del mundo... Ya basta de querer vivir en "pueblo mágico" y querer cobrar como "ciudad", la falta de congruencia entre las acciones que se toman para hacer crecer la ciudad está perjudicando su desarrollo, al punto de que la desintegración, marginación y división social es cada vez mas visible.

    ResponderBorrar