Tepatitlán en el Tiempo

La covacha

Por Juan Flores García

Allá por el año de 1948, en la calle Tepeyac en la finca que hoy es de don Elpidio González y que en ese año fuera su propietario don José de Jesús Padilla Aldrete, en la cochera que existe frente al santuario de Guadalupe, se abrió un negocio de cenaduría y nevería. (En esta ocasión me voy a tomar la confianza de referirme a mi persona).
Dedicado por vocación al comercio, sobre todo de este tipo, me propuse en ese lugar dar gusto al paladar de mi estimada clientela. En ese local y para aquel tiempo fue suficiente por su amplitud acomodar cuatro mesas con cuatro bancos de madera cada una. Mi fortuna ha sido la gran cantidad de amigos que me han brindado su amistad y apoyo. Esto me permitió que el negocio fuera, desde su instalación, muy concurrido sobre todo por gente joven del barrio. Las parejas de novios tan enamorados de aquella época iban en el día a tomar la sabrosa nieve raspada y por la noche, al pozole, los tacos, los sopes y las enchiladas.
No había facilidad como hoy de comprar tostadas, dorábamos tortillas desde temprano. Los sopes los hacía una señora muy querida y servicial, vecina del barrio que se llamaba Francisca "Pachita", como cariñosamente le decíamos. Todo lo que se preparaba para la cena era lo nuestro, lo tradicional. Las tostadas se servían de lomo; los sopes de carne, papa o frijoles; su vaso de agua preparado de jamaica, de horchata o de arroz y el sabroso tepache.
Se alumbraba el local con aquellas tan usadas lámparas de petróleo y bajo esa pálida luz convivía amistosamente la clientela, conformada casi toda por aquellas admirables damas y caballeros del barrio de la plazuela o del santuario. Lamentablemente muchas de ellas ya han desaparecido, como las hermanas de la Torre, hijas de don Teodoro, famosa esta familia por su trabajo fotográfico. También nos frecuentaba la familia Rivera que por fortuna aún radica aquí y que formó hogares felices: la Sra. Guadalupe esposa de nuestro amigo el Ing. Rosendo González y Luis y su esposa de la familia Fernández, La Sra. Felisa, esposa del caballero de la inseparable pipa, el Sr. Santiago Gutiérrez (“don Juan… don Juan”); la familia Gutiérrez, hijos de don Pancho y doña Virginia Rivera, que radicaban en Guadalajara; la familia Mendoza López que también se fueron a la capital y sólo quedó en Tepa la distinguida dama "Coty" esposa de nuestro amigo "Fellón" Gutiérrez; la familia de Jesús Gómez y la de su hermana Ana; la familia de don Francisco de la Torre; formada por la Sra. Eva y sus hermanos Ramiro, Nacho, Rosendo y Pepe; la familia de don José Peña (el cartero)... en fin, todos los miembros jóvenes de esas distinguidas familias visitaban y convivían en ese negocio.
Además contaba con aquella famosa muchachada del taller tantas veces mencionado, que por aquella época fuera una de las principales fuentes de trabajo, el taller de Camiones de los Altos. Todos ellos a la salida de su trabajo a las 6:30 de la tarde ya estaban consumiendo por lo menos el Tepache ¡Qué tiempos! Mis estimados amigos, ese pequeño negocio al que la palomilla le puso por nombre La Covacha, me tuvo ocupado durante algún tiempo, atendiendo gustoso a mis amigos y clientes. Gracias a todos, damas y caballeros, por haber compartido conmigo esa etapa de mi vida. Por eso decimos que así fue Tepa en el Tiempo.

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