Las cúpulas

Por Juan Flores García

Al iniciar este siglo hemos tenido la oportunidad de ver como aparecieron muchas cosas que no teníamos a la vista. Decían nuestros padres y abuelos que iban a suceder muchas cosas que a lo mejor ellos no verían. Por fortuna, aunque ya muy pocos, todavía quedan personas que viven contando más de noventa años y que tienen sus facultades completas y nos recuerdan lo que ellos contaron y como fue cierto lo que de jóvenes pensaban que iban a pasar.

Comenzando por el uso del nixtamal, que se usó tanto para hacer la masa pura de maíz y que nuestras madres nos tortearon aquellas blancas tortillas. A propósito de nixtamal, aunque todavía hay de estos molinos para molerlo, las nuevas generaciones de jóvenes en un mínimo porcentaje saben que es el nixtamal, por eso trataremos de explicar cómo se hace el nixtamal. El maíz es cocido en agua a la que se le pone cal o ceniza, para hacerle saltar el pellejo, y queremos decirlo porque nos han preguntado jóvenes universitarios que quieren saber qué cosa es.

Recordamos que en nuestra infancia cuando estudiamos, había en nuestros libros de primeras letras todas estas palabras ilustradas con dibujos que se relacionaban con este menester, todo lo de la cocina estaba a la vista, como el metate, el banco donde se ponía el fogón, el comal para cocer las tortillas, el molcajete para hacer el chile. El molino de nixtamal es sólo un ejemplo del modo como se hacían las tortillas para hacer un buen taco o sopear en la comida.

Poco a poco, hemos aprovechado este espacio para sostener estas pláticas semanales donde recordamos los acontecimientos que hemos gozado.

Tenemos a la vista por ejemplo la continuación del arreglo de nuestros templos, principalmente en el templo parroquial de San Francisco, desde el principio del siglo pasado. Nuestros honorables señores párrocos, siempre trabajando, han tenido el gusto de cuidar y mejorar el buen estado del templo.

Desde hace tiempo nos empezamos a ocupar de mencionar algunos de los arreglos materiales de esta parroquia que a nosotros ya nos tocó ver, como la que empezó en el año de 1932 el incansable señor cura y canónigo don J. Jesús Reynoso que estuvo entre nosotros a lo largo de más de 30 años. Toda la reparación que él hizo, con el tiempo como es natural se ha ido deteriorando.

La obra de remozamiento del señor cura Reynoso fue terminada por el año de 1939 poniendo el piso del atrio con ladrillo de tan buena calidad, al que actualmente ha sido cambiado por ser necesario además de arreglar las jardineras, dándole un mejor aspecto.

Cuando se pintó el interior de la parroquia, en la base de la cúpula mayor había una leyenda pintada en letras grandes que decía: “Mis ojos estarán abiertos y mis oídos atentos a la oración de aquel que orare en este lugar”. Si vemos con atención, notaremos que al paso de los años, aunque se ha ido esclareciendo la pintura, que se alcanzan a notar algunas de las letras que mencionamos. Hagamos de cuenta que estamos viendo las letras en la base de la cúpula del Santuario de Guadalupe, donde dice: “non fecit taliter ovni nationi” que nos dice en español: “no se hizo cosa igual en ninguna otra nación” refiriéndose a la aparición de la Virgen de Guadalupe. A propósito de las cúpulas, ya estamos viendo como luce en la cornisa del centro ese barandal que la circula y como sus hermosos candiles alumbran con lujo todo el interior de la cúpula.

Con eso vamos recordando detalles que daremos a conocer en ocasiones posteriores, y con esto decimos que así fue Tepa en el tiempo.

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