Los Milagros

Los milagros

Por Juan Flores García
jofloreso@prodigy.net.mx

Al Señor de la Misericordia doy infinitas gracias, por haberme concedido el que mi mamá sanara de un tumor canceroso, sin intervención quirúrgica, después de haber sido desahuciada por tres médicos, Tepatitlán Jal., a 19 de octubre de 1952, Srita. Catalina Camarena. En el libro Apuntes históricos sobre el Señor de la Misericordia y su culto, está escrito este testimonio de un patente milagro en los que tanto creíamos cuando la fe era de a deveras, allá por los tiempos en los que apenas había poquitos médicos en Tepa, todos los que aquí habitábamos le teníamos mucha admiración al Señor de la Misericordia y creíamos en los milagros, pidiendo permiso a mis amables lectores, les voy a platicar como en mi familia (mis padres y hermanos) hubo algunos casos que se pueden catalogar como milagrosos, ya que se hizo patente la invocación al Señor para que nos librara de morir.

Hubo en Tepa una epidemia de tifo allá por 1915, esta enfermedad apareció cuando menos lo pensaron nuestras familias y como no había las medicinas para curar este mal, hubo tan grande mortandad, que algunas familias enteras murieron a causa de este mal. Hasta el padre Gabino Flores que estaba de capellán en San Antonio, murió contagiado. Si observamos a la entrada del templo en la parte que está la torre, hay una placa junto al confesionario que en letras visibles dice la fecha de su fallecimiento. Quedan muy pocas personas mayores que nos pueden platicar cómo barrió con furia en esta región el tifo.

Platicaba mi padre que a él le pego el tifo y mi abuela y mi tía Justa le pidieron llorando al Señor de la Misericordia que viviera y se los concedió, años después se casó y aquí me tienen contando los hechos vividos por ellos. Dicen que la fe mueve montañas y en el caso de mi hermano, José (Mateo) Flores, esto se manifestó muchas veces ya que era tremendo y siempre sufría accidentes.

Como ya en una ocasión platiqué milagrosamente se salvó de morir al ser atropellado en Guadalajara cuando iba a comprar una golosina y atravesó la calle sin fijarse que venía un coche que le dio tal golpe que creíamos que estaba muerto y al examinarlo los médicos vieron que sólo tenía una descalabrada, a pesar de haber sido arrastrado buen tramo. Siempre que salíamos, nuestros padres nos bendecían encomendándonos al Señor.

Otro milagro que se realizó en mi hermano fue cuando había aquel famoso “zanjón del diablo”, jugando se cayó al fondo que tenía más de 15 metros de profundidad y un lugar peligroso, todos invocamos al Señor de la Misericordia y cuando lo sacaron vieron que sólo se había clavado la punta de un carrizo en la garganta, una vez curado, a seguir jugando. Otro accidente que tuvo fue un domingo, cuando iba a jugar fútbol todo el equipo en un camión de carga a Yahualica y de regreso a Tepa, ya caminando el camión, se iba a subir por el otro lado del chofer, se resbaló y cayó pasándole las llantas traseras sobre el estómago, lo recogieron moribundo y aunque duró varios meses encamado, por la gracia del Señor, sobrevivió y vivió muchos años más.

Otro milagro en él sucedió en el año 1943, pasando el festival de las fiestas patrias, se adornaban las calles con hilos de papel de china y en la plazuela jugando con la palomilla, se les ocurrió bajar un hilo para jugar a los indios y se los envolvieron en el cuerpo, un travieso le prendió fuego y todos se asustaron tanto que corrieron y lo dejaron solo ardiendo, era en la tarde y por obra de Dios, apreció cobijado Jesús Landeros y lo vio corriendo, lo alcanzó y logró apagarlo con la cobija, y sólo en la espalda tuvo graves quemaduras que lo pusieron a las puertas de la muerte pero el Señor tuvo misericordia de él y obró en su persona otro milagro.

Así en casa hemos recibido los favores del Señor de la Misericordia, por eso nuestros sacerdotes que han estado al servicio de Dios en su templo han dado tanto amor para transmitirlo a los fieles junto con la fe y devoción al Señor de la Misericordia. Conocimos a nuestro apreciado Padre Agustín Ramírez que desde el año de 1923 hasta el año de 1967 en que falleció, glorificó al Señor después de cuarenta y cuatro años a cargo del Santuario del Señor.

En el año de 1968 llegó el Padre Antonio López Cobián siguiéndole el Padre Alberto Calderón y el Padre Miguel Ángel Pérez Magaña, quien hizo un gran esfuerzo para mejorar la imagen física del Santuario de Nuestro Señor de la Misericordia. Entre los sacerdotes antiguos que actualmente están en nuestro Tepa aunque en otros templos, está el Padre Agustín Soria quien primero estuvo en el Santuario de la Virgen de Guadalupe y desde hace muchos años está en el templo del Señor San José y si no me equivoco el que más antigüedad tiene aquí es el Padre Manuel Díaz, quien en el año de 1957 llegó también al Santuario de Guadalupe y posteriormente se hizo cargo, hasta la fecha del templo de San Antonio. Y con esto decimos que así fue Tepa en el Tiempo.

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