Siete Días

Tropiezos de un "nuevo" Tepatitlán

Hace ya algunos años, en algún libro de texto en la primaria, había un artículo de enseñanza llamado Tropiezos de una nueva nación, el cual hablaba de la desolación y dificultades que encontraron las primeras autoridades del México recién independizado. Sí, ahora soberano, pero con muchas deudas, muchos rencores de los todavía miles de españoles y europeos que aún habitaban nuestro país, muchas desigualdades sociales, entre otras cosas que tras casi 200 años aún no se han superado por completo.

La priísta Cecilia González Gómez va a tratar de construir un nuevo Tepatitlán, bueno, no es nuevo ni nada parecido, pero sí se puede decir que es un parteaguas de la historia reciente del municipio, tras quince años de gobiernos panistas.

¿A qué se enfrenta Cecilia? Con lo primero que tendría que lidiar sería con la millonaria deuda que le van a dejar sus antecesores, además de un sindicato, intento de sindicato o por lo menos varios trabajadores municipales alborotados, ariscos y con la espada que desenvainarán ante cualquier sospecha de algún despido, recorte de sueldo, modificación de prestaciones o condiciones de trabajo que quiera implementar la Pollita.

La deuda. Todo mundo espera, sobre todo Cecilia, que ésta no se vaya a contratar o al menos que no sean los 27 millones que se autorizaron pedir. Que no se vaya a pedir el préstamo es muy improbable, pues hay varias obras comprometidas, obras en las que el ayuntamiento tiene que entrarle con una cantidad de dinero para que el Estado o la Federación le entren con el suyo, si no, no se hace nada y la administración no está dispuesta a perder esos recursos, aunque tenga también que poner su parte y eso implique pedir prestado.

El sindicato. Los mismos priístas reconocen que Arturo Pérez tiene de compañera a alguien que se pinta sola para estos asuntos, nada menos que su hermana Patricia, quien tiene años de experiencia en el sindicato del IMSS, así que formar un sindicato en el ayuntamiento no sería nada complicado para los Pérez Martínez.

Quizá lo que detenga a Arturo y su hermana es el señalamiento de parte de sus mismos compañeros panistas, como Miguel Franco, para que desista de sus intentos sindicalizadores. Se haga o no, muchos trabajadores municipales ya estarán con la cabeza caliente y cualquier acción de la nueva presidenta respecto a la nómina levantaría los ánimos y generaría conflictos.

Entonces estas dos cosas dejan poco margen a la señora para maniobrar, a menos que tuviera un operador político de los buenos, como en los mejores tiempos del PRI, que apaciguara mediante negociaciones a los resentidos panistas que ya no estarán más en el poder; pero no hay un buen operador político, ni siquiera hay uno malo, el PAN eliminó esta figura que tanto ayudaban al presidente de la república y gobernadores en turno.

Y los nuevos priístas no tienen idea de a quién poner como operador, menos sabrán cómo usarlo.
Referente al equipo de trabajo, han repetido hasta el cansancio que están estudiando varias propuestas para ocupar los futuros cargos clave en el nuevo ayuntamiento, que están viendo quiénes reúnen el perfil más adecuado.

¿Será verdad tanta belleza? ¿Qué van a decir cuando en vez del perfil más adecuado pongan a un amigo advenedizo o a alguien que se le debe algún favor de campaña? Cuando falle ese directivo del mejor perfil, ¿cuál será la explicación?

En fin, a Cecilia se le ve capacidad para llevar una buena administración, pues así lo ha demostrado con la empresa que creó y que ha hecho crecer de gran manera. Si algo sale mal en el ayuntamiento o se demuestra que en su momento no fue la decisión más acertada, Cecilia con su mano administradora sabrà poner orden y aplicar la mejor solución.

Pero de que se la dejarán difícil los panistas actuales y los que tendrá como compañeros de cabildo, no hay duda.