Su tesoro
Por Juan Flores García
Tepatitlán, donde su tesoro está en su gente, reza su lema, a lo largo de su historia ha dado muchos hombres ilustres, algunos de ellos desconocidos que destacaron en diversas actividades. Tal es el caso del señor Francisco cornejo Venegas, nacido en nuestra ciudad, poeta, ferviente tepatitlense, ha difundido en la ciudad de México la cordialidad alteña, reuniendo a los tepatitlenses dispersos en lo que llamó Consulado de Tepa en México. Autor de un escudo de nuestro terruño que lleva como símbolo al Güero Mónico y como lema Mayo Cuatro.
De entre sus poemas sobresale Recordando el Terruño. Es tío de don José, del mismo apelativo. Muy pocos tepatitlenses serán los que estando fuera de nuestra querida tierra, no tengan la ocurrencia de idear algo para hacer del conocimiento de los demás que nacieron en la Perla de los Altos. Así, este poeta tuvo a bien discurrir esa idea, para tener contacto con sus paisanos.
Por aquellos ayeres, este señor era visitado en la ciudad de México, por referencias de alguien que ya lo conocía y cuando alguna persona tenía que ir allá y no conocía el lugar a donde debía ir, con señas y domicilio daba con él y amablemente se encargaba de ayudarlos en su búsqueda.
Desafortunadamente muy poco sabemos de este señor pues al irse a radicar al D.F. se perdió el contacto con sus conocidos aquí. Hemos de tomar en cuenta que son tantos nuestros hombres ilustres y que muy poco conocemos de ellos, por falta de interés de quien puede y tiene los medios para dedicar tiempo a la investigación. Escuetamente, los que nos ocupamos de narrar semanalmente los hechos que a lo largo de la vida mencionamos como parte de nuestras vivencias, podemos proporcionar algunos datos de personas que fueron valores históricos.
Uno de estos valores, que no hace mucho que dejó de existir, dejó constancia de su quehacer como periodista, poeta y dibujante. José Alberto Casillas, nacido en Tepatitlán, se inclinaba a pintar por el retrato; autor de Noble Rebozo y otros poemas en los que con mucho entusiasmo expresaba la inspiración lírica. Además de sus tantos trabajos destaca un libro, Sendero de un mártir, biografía y selección de obras del Lic. Anacleto González Flores con una primera edición de tres mil ejemplares en 1960. Además de otras obra titulada Carnicerito de México, el torero que jugaba con la muerte. Primera edición, veinte mil ejemplares, 1966. En esta obra J. Alberto Casillas enalteció el gran valor de Carnicerito. Fue en los años en que se publicó este libro, cuando todavía nuestra tierra gozaba de fama bien ganada de tener hermosas mujeres y hombres valientes. Tierra linda que el compositor Ernesto Cortázar inmortalizó en su canción Esos Altos de Jalisco, donde dice: Esos Altos de Jalisco / qué bonitos / que rechula es esta tierra / donde yo mero nací…/
Tepatitlán, tierra roja y benigna, que inculca en sus hijos el más puro sentimiento para que, si algún día la abandonan, surja en ellos la nostalgia de apresurado regreso. Esto ha sido Tepatitlán para propios y extraños, a propios porque nuestros antepasados nos enseñaron todo lo que estaba a su mano, pero principalmente y ha quedado claro a lo largo del tiempo, que tuvieron mucho cuidado en que aprendiéramos a ser honrados y honestos, porque sin estas cualidades, el hombre no vale nada. Valorando a todos nuestros ilustres Tepatitlenses, tanto hombres como mujeres y que por falta de algunos datos y de espacio no los mencionamos en esta ocasión, ya será para la próxima o en algunos casos ya fueron mencionados. Y por eso decimos que así fue Tepa en el Tiempo.
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