Tres años del fallecimiento del Señor Cura Saturnino Covarrubias


Por Oscar Maldonado Villalpando

San Diego de Añejandría, Jal.- Es noble y digno conservar la gratitud, reconocer aquello que vale. Eso significa también vivir de valores trascendentes. Saturnino Covarrubias, el buen sacerdote, fue enviado a San Diego de Alejandría el 8 de noviembre de 1952. Es importante reconocerlo y recordarlo, porque ahora el Papa Benedicto invita a revalorar al sacerdote. En los pueblos existe una historia muy especial de sacerdotes que han sigo benefactores espirituales y agentes de progreso.

Uno de ellos es este sacerdote. Recibió la ordenación en 1948, originario de Totatiche, educado en Montezuma. Su primer destino fue como vicario de Jalpa de Cánovas, luego capellán de El Agua Negra, que él bautizó como Francisco Orozco y Jiménez.

Llegó a San Diego, como vicario coadjutor. En poco más de un año ya era el párroco. Bien pronto se comprometió en un trabajo transformador en bien de sus fieles. Ya desde entonces era presentado como gran patrono de los párrocos San Juan María Vianney, y él, don Saturnino, soñaba en imitar en el gran celo apostólico a su santo patrono. Fomentó grandemente el culto eucaristíco en la Adoración Nocturna. Su gran sueño fue fundar un colegio que brindara educación de calidad a los niños, así lo realizó, aún dura, al impulso de su fervor, colegio que aún subsiste a las mil dificultades de la economía actual. Un verdadero ejemplo para la juventud de ese tiempo. Se interesó por fomentar las vocaciones, los estudios superiores entre los jóvenes.

Unió, en torno a la fe, a su comunidad, sus iniciativas han sentado precedentes muy significativos, que aún siguen siendo practicados por los fieles de esta parroquia. Devociones, misas. Este párroco terminó su ministerio en 1971. Destinado a Cocula, luego a Totatiche y a la parroquia de San Juan de Dios en el centro de Guadalajara, finalmente, enfermo, se refugió en su tierra natal, Totatiche. Fue atendido en el Albergue Trinitario hasta su muerte acaecida el 30 de septiembre de 2006.

Se está cumpliendo el 3er. Aniversario. Familiares, especialmente le sobreviven, su hermana Ma. Guadalupe y su sobrina Marcela Bobadilla, en Totatiche, allá será la celebración, el día 30 de septiembre de 2009, en el templo de N. Señora del Rosario, a las doce del día. San Diego de Alejandría, recuerda aquellos tiempos, cuando este sacerdote ejerció su ministerio, un tiempo tan especial, los mayores trasmiten a sus descendientes los vivos recuerdos en los que participaron. Por eso la gratitud y reconocimientos son la respuesta adecuada a esta celebración. Pero además es oportuna la devota oración por él.

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