Carstens puede agravar la crisis

Por Enrique Gómez Ramírez

El secretario de hacienda Agustín Carstens está aconsejando mal al presidente Felipe Calderón. El paquete económico 2010 no sólo va contra la corriente sino que contradice el lógico razonamiento económico. Otros países ya comienzan a ver más claro después de haber tomado el camino contrario al que quiere tomar Carstens.

De nada le ha servido que dos premios Nóbel de economía, Robert Engle y Edmund Phelps, hayan dicho que el paquete económico está equivocado. Carstens insiste en su proyecto porque “no hay Plan B”. Es increíble e inaudito una mente tan cerrada en quien es corresponsable del manejo de la onceava economía del mundo.

Carstens es víctima del “síndrome fondomonetariointernacional”. Allí en el FMI, desde arriba, sin preocuparse por los detalles específicos de cada país, sólo se les exige que mantengan balanceado su presupuesto para que puedan ser candidatos a nuevos préstamos internacionales. Allí, desde arriba, no se preocupan cómo debe hacerlo cada país, simplemente tienen que hacerlo.

Pero Carstens ya no trabaja para el FMI, ahora trabaja para la hacienda pública de México.

Ahora sí debe preocuparse por los detalles específicos de su país y encontrar la mejor solución para balancear el presupuesto. Para lograrlo sólo hay dos caminos: aumentar impuestos “plan A” o reducir gastos “plan B”. Cuando Carstens dice que no hay plan B, está diciendo que no quiere reducir gastos.

Así que insiste en aumentar impuestos. Pero este es el peor camino en el tipo de crisis por la que atraviesa el país. Se cayó la economía porque el pueblo perdió su poder de compra. Y con los nuevos impuestos reducirá todavía más el poder adquisitivo. Por un lado contempla aumentar del 28 al 30 por ciento el impuesto sobre la renta –impuesto al salario- con lo que reducirá el monto de dinero real que se le deja en el bolsillo a los trabajadores.

Por el otro propone aumentar en 2 por ciento el impuesto al consumo, con lo que la mayoría de los productos quedarían con un 17 por ciento de impuesto, mientras alimentos y medicinas quedarían con el 2 por ciento. Con esto está reduciendo más aún el poder de compra de los ciudadanos.

Al haber menos consumo las compañías venderán menos, viéndose obligadas a desemplear trabajadores. Ya la industria de los accesorios para automóviles sufrió grandes recortes. Y para que llueva sobre mojado, Carstens propone aumentar impuestos a diversas actividades industriales, con lo cual elevarán los precios originando una mayor pérdida de poder de compra.

Y con esta cadena de resultados negativos ¿cuándo piensan que van a salir de la crisis? Con sus propias medidas están ahondando la crisis y creando una mayor pobreza en México.

Los países europeos y los Estados Unidos han operado a la contraria de lo que quiere hacer México. Se hicieron recortes de impuestos, se otorgaron estímulos fiscales a las empresas y se buscó fortalecer el poder de compra de los ciudadanos. La economía estadounidense se ha recuperado más rápido de lo que se había estimado originalmente. Todavía veremos que aumentará el desempleo hasta el 10 por ciento por el reacomodo industrial que estamos viviendo. Están desapareciendo empresas que vendían bienes y servicios de alto precio mientras que están surgiendo empresas con bienes y servicios más baratos.

Pero ésto ocurrió porque el gobierno hizo un gran esfuerzo. En febrero canalizó 787 mil millones de dólares para reactivar el crédito al consumidor. En este país el crédito y no el salario semanal, es la vida del sistema económico. Simultáneamente redujo los impuestos a las empresas y ofreció incentivos fiscales a las que crearan nuevas fuentes de trabajo.

Para reestimular la venta de casas, le concedió un crédito de impuestos por $8,500 dólares a las familias que compraran casa por primera vez. Este crédito significa que se aplicará primero al pago de impuestos al salario, y si algo queda, se le entregará en efectivo a cada familia.

Para reestimular la industria automotriz regaló 14 mil millones de dólares. Cada persona que quisiera cambiar su auto viejo por uno nuevo podría recibir hasta $4,500 dólares. Con este programa se vendió más de medio millón de automóviles nuevos.

Así que mientras Europa y Estados Unidos aumentaron el poder de compra de sus ciudadanos, México quiere hacer lo contrario.

La manera más justa de balancear el presupuesto es pidiéndole a los servidores públicos que por primera vez en los últimos 30 años se sacrifiquen ellos. ¡Ya les toca caray! Que por primera vez en 30 años dejen descansar al pueblo. ¡ya es justo! ¿no les parece?
¿Quieren saber dónde pueden cortar egresos? En todas las dependencias federales, en el código 1500 de egresos que dice “Pagos por otras prestaciones sociales y económicas”. Por ejemplo, en el sector central de la Secretaría de Hacienda se gastarán en salarios a empleados permanente y temporales 12 millones 190 mil pesos; pero en la partida 1500 de prestaciones sociales gastarán 31 millones 119 mil pesos, es decir casi tres veces más que en salarios.

Disminuyan prestaciones y podrán balancear el presupuesto.

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