Siete Días

Poca visión

Quién sabe en qué consistiría, si en las gestiones que llevaban a cabo las autoridades en turno o el interés de las empresas grandes en venir a Tepatitlán, o las dos cosas, pero el que escribe esto recuerda como cada trienio se asentaba en Tepa por lo menos alguna empresa de renombre.
Así vimos llegar a Gigante, Ley, dos veces Coppel, KFC, dos fábricas de la Vanity, agencias de autos, Farmacias Guadalajara, Metrópolis, Soriana, etcétera.

Y así vimos como la ciudad se fue convirtiendo en una mini metrópoli con esas tiendas de renombre que llegaban. A algunas la suerte -más bien las cuentas- no les favorecieron y tuvieron que irse y otras siguen entre nosotros.

Y bueno, habrá gente que no acostumbre y hasta odie ir a este tipo de establecimientos por múltiples razones: "que no son de Tepa", "que son un símbolo del imperialismo gringo" (cálmate Hugo Chávez), "que son muy careras", "que las ganancias no se quedan aquí", etcétera.

Pero hay algo bueno en que vengan estas empresas; en primer lugar los empleos que generaron al construirse sus locales, luego los trabajos permanentes que dan a pocos, varios o muchos tepatitlenses y gente de la región y por último, la imagen que dan de Tepa, que hace que atraigan a más negocios nacionales o transnacionales a asentarse en el municipio.

¿Por qué apoyar a una empresa grande a que se instale aquí? Salvo las avícolas e industrias relacionadas con el ramo, pocos son los negocios donde se dé trabajo a más de 15 ó 20 personas a la vez y a Tepa le urge que llegue alguien a emplear gente al por mayor.

Es por eso que se extraña que en este trienio no se haya visto llegar a alguna gran tienda o fábrica. Sólo llegó Aurrerá pero con una sucursal de poco movimiento y empleados, a pesar de lo grandes que se puedan ver sus instalaciones.

Quién sabe si estas autoridades no se preocuparon por traer grandes inversiones o la crisis desanimó a las empresas a llegar a Tepa y los negocios que supuestamente llegarán en estos días tuvieron que batallar con trabas medio absurdas.

Un casino que antes de terminar el año abriría en Tepa, se topó con la negativa de algunos regidores. Lo mismo pasa con una universidad que pidió un terreno para establecerse en Tepatitlán, algunos ediles se opusieron y siguen en desacuerdo con ceder un predio para esta institución.

Y con este panorama difícilmente querrá venir otro grande conglomerado, por lo menos en este trienio.

Los regidores que se opusieron en un caso o en el otro, tienen sus puntos de vista y razones muy válidas para oponerse a esos proyectos... pero, en mi opinión creo que descuidaron los pesos para cuidar los centavos.

Hay que pensar a mediano y largo plazo y de manera global. Que cómo se les va a regalar un terreno a una universidad privada, que no lo pagan ni en cien años. Que cómo van a poner un casino sin consultar las comisiones de Protección Civil y Giros restringidos.

Tantos terrenos que se han regalado sin ton ni son, terrenos cuya donación no reditúan ni un centavo pues se regalaron a instituciones o personas que no tienen la intención de beneficiar (ni siquiera haciendo negocio) a la comunidad.

Tantos negocios que se han abierto sin cumplir con los reglamentos de Protección Civil, como el palenque del núcleo de feria, que ya va a cumplir seis años y sigue sin operar con todas las medidas de seguridad necesarias. ¿Por qué entonces no se opusieron los regidores?

Si el ayuntamiento va a ceder un terreno como tantos que ha regalado ya, por lo menos que signifique un beneficio para el pueblo aunque no sea económico; si el presidente da el visto bueno para que se ponga un casino, que lo dé ya, el chiste es traer inversión a la ciudad y detalles de reglamentos y requisitos ya se irán viendo con el tiempo.

Que vean las autoridades más allá de todo, que piensen en que no hay dinero, inversión ni trabajo y que ellos ni contratando a 1000 ó 2000 eventuales en el ayuntamiento no alcanzan a sacar adelante económicamente a todas las familias de Tepatitlán.