Previenen narcos, a través de los curas, de ajustes de cuentas

+ Los sacerdotes alertan a la gente y piden que no salgan de sus casas

El Universal.— Dos sacerdotes católicos advirtieron desde el púlpito a sus feligreses sobre un enfrentamiento entre narcotraficantes, una hora antes de que ocurriera, a fin que de que se refugiaran en sus casas.

La alerta de los curas ocurrió durante las misas celebradas el domingo pasado a las 19:00 horas en los templos de Santo Cristo de Burgos y Nuestra Señora de Guadalupe, en Ciudad Jiménez, situada a 160 kilómetros al sur de la capital.

De acuerdo con asistentes a los ritos, con llamadas anónimas una mujer reveló a los religiosos que esa noche habría “ajustes de cuentas” en las calles de la comunidad, por lo que éstos hicieron extensivo el aviso a los fieles, a quienes pidieron no salir de sus viviendas el resto de la noche.

Tras el anuncio, la versión se extendió rápidamente, la gente canceló compromisos para esa noche y las líneas telefónicas se saturaron de llamadas entre padres de familia buscando a sus hijos y pidiéndoles que volvieran de inmediato.

A las 20:10 horas se cumplió la “profecía” y dos bandas de sicarios se enfrentaron en pleno centro de la ciudad, durante 20 minutos. La balacera fue ubicada en las calles de Hidalgo y Jiménez, a una cuadra de la alcaldía.

Sin dar detalles, el vocero de la Procuraduría General de Justicia, Eduardo Esparza, informó que el saldo fue de cinco personas lesionadas, dos de ellas menores de edad.

El portavoz negó rotundamente que se registraran muertos; sin embargo, testigos de los hechos aseguran que hubo entre tres y cuatro hombres que perdieron la vida, pero sus cuerpos fueron rescatados por sus cómplices.

Las versiones añaden que hubo ocho heridos y que la totalidad de los lesionados fueron testigos y que no están involucrados con el crimen organizado.

Los heridos fueron trasladados al Hospital Regional de Jiménez, que por la magnitud de lo acontecido se encuentra resguardado por el Ejercito ante el rumor de que un grupo delictivo manifestó la intención de ingresar al nosocomio para ejecutarlos.

En el cruce de las calles Hidalgo y Aldama quedaron abandonados tres vehículos con impactos de bala. Ahí, las autoridades levantaron 185 casquillos.

Se buscó la versión de los sacerdotes, pero no atendieron las llamadas telefónicas.
La Policía Municipal de Jiménez se negó a proporcionar detalles, sólo informó que los agentes del Operativo Conjunto Chihuahua se hicieron cargo de la situación y que no contaban con algún parte informativo.

Amenazas en Juárez

En mayo de 2008, usuarios de internet de Ciudad Juárez recibieron un correo electrónico que alertaba de un fin de semana que sería considerado “el más sanguinario” en la historia de esa ciudad; el autor del e-mail, cuya identidad se desconoce, pidió a los ciudadanos que “por ningún motivo” salieran de sus casas.

La advertencia surtió efecto en el ánimo de la sociedad juarense, que prefirió no salir de sus casas los días 24 y 25 de mayo; aun así, dos policías y dos civiles fueron ejecutados, así como parte de tres negocios incendiados por la embestida de grupos delictivos.

El 11 de noviembre de 2008, la amenaza a través de miles de correos electrónicos fue para los habitantes de la ciudad de Chihuahua.

Se advertía de matanzas en la vía pública y que incluso estaba secuestrada la procuradora. La población fue presa de una psicosis que provocó que se cayera la red de telefonía celular y fija, pero no hubo hechos sangrientos.

El miedo anda en camión

El cártel de Juárez, también conocido como La Línea, encontró una nueva modalidad de extorsión y ahora pretende cobrar a los propietarios de camiones de transporte urbano por dejarlos circular.

Representantes del gremio dijeron que en los últimos días han recibido amenazas en las que se les advierte que deberán pagar 10 mil pesos al mes como “cuota” o sus vehículos serán atacados con todo y pasajeros.

Para demostrar que sus advertencias son serias, la tarde del domingo se registró el primer atentado.

El chofer de un camión de la ruta 1-B fue despojado de la unidad por un comando, el cual la estrelló contra un ferretería y después le arrojó una bomba casera que hizo estallar y el fuego se extendió al interior del local.

Dicho establecimiento también había sido extorsionado, pero su propietario se negó a realizar el último pago, revelaron fuentes policiacas.

El transportista fue puesto en libertad horas más tarde, sus captores le entregaron una hoja en la que se informaba que hechos similares le ocurrirán a quienes no paguen la extorsión.

Presuntos miembros de La Línea incendiaron cinco camiones que se encontraban en un estacionamiento ubicado en las calles Día del Indio y Fernando Montes de Oca, en el que se resguardaban 30 transportes urbanos, justo la Nochebuena; mientras que dos días antes un comando rafagueó la oficina de la ruta 1-B, y dejaron amenazantes.

Los transportistas anunciaron que de no recibir garantías se irán a un paro.

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