Razones rojinegras

Por Georgina González Ontiveros
Desde ESPNdeportes.com

Cuando Pumas iba a jugar la primera fecha de este torneo Clausura, ahora llamado “Bicentenario”, me reí mucho al leer la declaración del Chispa Velarde sobre las expectativas que tenía del partido contra Atlas: “Traemos una espinita clavada por como nos fue el torneo pasado. Aquella vez no ganamos el primer partido y esperamos hacerlo ahora…” dijo el Chispa, a lo que yo agregué, platicando entre amigos, que tampoco había ganado ni el segundo, ni el tercero, ni el cuarto…

De acuerdo a la tradición rojinegra, Atlas suele ganar los primeros juegos, pero esta vez no resultó y los Zorritos empezaron el torneo perdiendo (mientras que Pumas cumplió lo prometido y ganó su primer juego). Así que ahora el Chispa Velarde, Pumas y toda la afición felina puede reírse de mí, me lo merezco. Así somos los atlistas, crédulos pero resistentes.

Ahora bien: Esta semana, en la segunda fecha, Atlas va contra Monterrey y obviamente no es favorito, pero en mi necedad tuve a bien ponerle mis moneditas del banco de ilusión y en la Quiniela Dulce anoté “local”, es decir, que el Atlas gana. Este sistema me garantiza al menos 13 puntos desperdiciados que me dejarán en la lona de la quiniela de las chicas de ESPN, pero prefiero perder a dejar de ser fiel a los rojinegros. ¿Por qué? Por qué es lo que me pregunto cada semana al momento de decidir mi quiniela, ¿por qué diantres voy siempre Atlas? Pues no se me ocurren más respuestas que éstas:

Por sus colores. No hay tonos más combinables que el rojo y el negro, ni que simbolicen tantas cosas distintas. El único color que se le acerca es el azul, que es color del blues y todos sabemos que al blues no hay nada que le gane.

Por contreras. Para las almas inconformes como la de esta humilde editora, llevar la contraria es un acto suicida, pero necesario. De jóvenes le llevamos la contra a nuestros padres, maestros, jefes y autoridades en general. De grandes, convencidos de que por ese camino no llegaremos a un puerto cómodo y ante el curioso hecho de que ahora son nuestros hijos los que nos llevan la contraria a nosotros, mantenemos el afecto a la camiseta de un equipo que no da una como muestra de que no hemos perdido la rebeldía. Digo, a las Chivas es muy fácil irle…

Porque tenemos esperanza. Pienso que la historia tiende a repetirse pero espero que no siempre sea así. ¿Qué el Atlas perdió de nuevo? Bueno, era lo más probable pero, ¿qué tal si hubiera ganado? ¿Eh? No pierdo la esperanza de ver un final de película diferente y espero que me quede suficiente tiempo en la tierra para ver a los zorritos campeones.

Por las apuestas. Justo hace unos días me preguntaron qué apostaría para el juego entre Chivas y Atlas el próximo abril. Al principio no quería apostar pero, total, ¿qué puedo perder más que la dignidad de cada semana? Así que prometo que si el Atlas pierde el clásico tapatío, y dado que no tengo dinero para comprar media ambulancia como Jorge Vergara, publicaré una foto mía en versión rojiblanca. ¿Alguien quiere hacer réplica?
Porque sí.

Faltan meses para el clásico pero... ¡Vamos Atlas! No me dejes usar esa fea playera rojiblanca.

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