Por Rubén Arias Barajas
Mes de la educación
Vaya para Ustedes el saludo semanal de costumbre.
En esta semana, por aquí y por allá, más tarde o más temprano, pero se están llevando a cabo u organizando ya los festivales, homenajes, reconocimientos y festejos en honor de los Maestros por su día.
Y claro, muy merecidamente. Uno se pone a pensar en que no es fácil educar, formar, disciplinar ni siquiera a los miembros de su propia familia. Si es porque son niños pequeños, es porque ellos no captan lo suficiente, no entienden ni razonan muchas veces en hacer lo que de ellos se espera sin ciertas presiones o medidas.
Si son adolescentes, la hiperactividad, el dinamismo propio de su edad, su inquietud y distracciones normales de esta etapa de la vida, hacen difícil también su formación. Y qué decir cuando se trata de jóvenes de nivel de Secundaria o Preparatoria; rebeldes por naturaleza en esta etapa, renuentes a seguir y respetar reglas, distraídos por su despertar hacia el sexo femenino, despreocupados y poco atentos a su formación pensando en el futuro.
Existen l0 millones de personas sin terminar la primaria. 17 millones más no han accedido a estudios de secundaria y todavía 4 millones siguen siendo analfabetas, es decir, no saben leer ni escribir.
Estos datos nos dan una idea de que en cuestiones de educación, nuestro País sigue desafortunadamente muy rezagado, lo cual es preocupante en un entorno donde la competitividad es muy alta, la exigencia es desmedida y a veces absurda, como querer contratar a personas jóvenes pero con experiencia y si no se cuenta con ello, difícilmente podrán acceder a puestos de trabajo.
Hay dos ingredientes más que agregar a la problemática de la educación en México. Una de ellos, es la falta de compromiso y preparación de algunos maestros cuyas carencias fueron desnudadas cuando al practicar la prueba de enlace para identificar su nivel de conocimientos, se descubrió que éste estaba muy bajo.
El otro, tiene que ver con el descuido y desatención, falta de compromiso, de los padres de familia, una gran parte, para estar al pendiente de que sus hijos no solamente asistan con regularidad a la escuela, sino que cumplan con sus tareas y estudios.
Pero lo anterior, lo comprendo, tiene mucho que ver con la crisis económica, pues ahora una gran parte de los padres de familia, ambos, tienen que trabajar ante la incapacidad de uno solo de ellos para sacar adelante los gastos que se originan para mantener a una familia decentemente.
Así que los padres se mantienen ocupados en sus tareas, en mantener su empleo, y llegan probablemente muy cansados como para destinar todavía tiempo a revisar lo que hacen sus hijos respecto de sus estudios.
Queda entonces una tarea que es compartida, pienso yo, entre las autoridades educativas de este País para destinar mas recursos a la educación, creando más lugares, más espacios, pues cada vez es más difícil encontrar un lugar en las instituciones educativas públicas en ciertos niveles.
Mejorar el nivel económico de las familias en nuestro país con la generación de empleos, podría indirectamente ayudar a paliar estos problemas, sin embargo sabemos que no es fácil que esto ocurra, pero debe seguirse trabajando en ello.
Por si esto fuera poco, no se puede soslayar el hecho de que existen todavía algunos maestros que se hacen de la vista gorda y evaden su compromiso en la formación integral de sus alumnos, afotunadamente éstos son los menos, pero los hay.
Hay además, la importación de una costumbre que han llamado “bullying” y que se da en ciudades muy populosas, que nos viene de Estados Unidos, y que consiste en agresiones entre los propios alumnos, violencia que se ejerce no sólo entre varones, las mujeres también participan ya ante la complacencia de los maestros quienes se hacen de la vista gorda. Una modita nefasta pues, una más de las que tanto nos gusta importar del vecino país del norte y que nada bueno deja.
Total, ser maestro no es nada fácil. Pero si se escogió esa carrera y se ejerce, más vale apelar a la vocación, el compromiso, la responsabilidad y la comprensión de la delicada tarea que tienen en sus manos todos los mentores, en la formación de quienes podrían ser en un futuro cercano, los líderes que manejen las cosas más importantes de éste Pais, por ello necesitamos que estén bien educados , bien formados, bien disciplinados.
A todos los maestros que cumplen a cabalidad con su función, una felicitación, un reconocimiento a su labor. A los que no lo hacen a cabalidad, una invitación para que reconozcan la importancia del compromiso que han asumido al ocupar un puesto en la docencia.
Nos leeremos en la próxima entrega.
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