El viaje a la eternidad



Por el padre Miguel Ángel

Una vez un monje que se acercó a Buda y le preguntó: ¿ las almas de los justos viven después de la muerte? Buda no le contestó. El monje siguió insistiendo día tras día y Buda callaba. El monje amenazó con dejar el monasterio, pues de qué servía sacrificarlo si todas las almas morían igual que los cuerpos. Entonces Buda sintió compasión y habló. Eres como un hombre que está muriendo de una flecha envenenada. Su familia lo llevó al hospital pero el moribundo se negó a que les sacaran la flecha si no le contestaban antes a tres preguntas. El hombre que le disparó ¿era blanco o negro?, ¿era alto o bajo?, ¿era de una casta alta o era de una clase social baja?
Muchos somos como ese monje. Hacemos preguntas imposibles. Y muchos dejan la iglesia y la fe e incluso reniegan de Dios porque no reciben respuesta o no reciben la respuesta que esperaban. Los hombres de todos los tiempos, ante el silencio y el muro de la muerte, se han preguntado y seguimos preguntando: ¿hay algo después? Unos creen en la reencarnación. Otros, como los saduceos del tiempo de Jesús, creen que no hay nada. Jesús afirma con claridad que sólo encontrarán los que hayan sido juzgados dignos.
El cielo no es la playa y barra libre para todos. Hay un test para entrar. Y las preguntas para acceder al mundo venidero serán sobre cómo hemos vivido en este mundo. ¿Hemos ignorado nuestras responsabilidades humanas, sociales y cristianas? ¿Hemos sido fieles a esta tierra para hacerla más justa y fraterna?Al atardecer de nuestra vida seremos examinados sólo sobre el amor.
El examen que presenta un estudiante antes de entrar a la universidad o a la preparatoria ordinariamente es desconocido por parte del interesado, en cambio para nosotros la gran ventaja que tenemos eso que Nuestro Señor Jesucristo ya nos está anunciando lo que nos va a preguntar al final de nuestra vida y definitivamente no nos preguntará si tenemos mucho o poco dinero, si nos paseamos mucho o tal vez no conocimos ni el pueblo más cercano, sino que su pregunta principal será si hemos sabido vivir amando y no odiando, perdonando y procurando el bien de todas las personas.
¡Preparamos nuestro viaje a la eternidad!

Publicar un comentario

0 Comentarios