Al destapar la caja de Pandora de algunas
cuentas de la pasada administración, el alcalde panista de Tepa Jorge Eduardo
González Arana debió haberle medido muy bien al impacto político que ello
traería.
Si lo hizo, debe tener un muy buen asesor y
buenos amigos para que lo respalden.
Si no midió la reacción de sus señalamientos,
entonces sí, ¡agárrate Tepa! Porque de los presupuestos, mejor hablamos en
otros tres años.
Jorge, como buen político, debe saber que en
la política forma es fondo, por ello, el hecho de aventarse el trompo a su uña,
de hablar él y no a través de sus personeros, tomó la bronca a título personal.
Se puso al frente del pleito, con el riesgo de ser él quien corte las cabezas…
o que le guillotinen a él sus contrincantes.
El jueves de la semana pasada habló el alcalde
panista de varias irregularidades de la administración priísta de Tepa. Ahí se
explayó Jorge, sus hombres de confianza le acompañaron, pero lo dejaron hablar
a él solo.
Una semana después, (este miércoles) Jorge fue
hasta la ciudad de México a ver a la diputada Cecilia González para hablar de
los presupuestos que los alcaldes alteños quieren para el próximo año.
Me quiero imaginar lo terso del diálogo.
Supongo que se abrazaron, se saludaron de beso y la diputada le agradeció todas
las declaraciones del panista sobre la pasada administración, donde ella,
Cecilia, marcó la pauta de cómo debía hacerse el trabajo.
Resultado de ese encuentro, me imagino que
ambos personajes, de Tepatitlán, se hablaron de cómo atraer dinero para obras y
proyectos que hagan lucir a el panista.
Supongo que Cecilia, con su buen tacto y
mejor modo, le ofreció a su antecesor colmarlo de dinero para obras, escuelas,
acueducto, plantas tratadoras, caminos vecinales, ¡el DIF!, la regularización
de predios, la atención médica de los empleados y sus respectivos medicamentos.
Debió la diputada comprometerse con Jorge a entregarle toneladas de dinero para
muchos sacos de cemento y tepatate para los cementerios, o para los empleados
eventuales, o para que compren los más nuevos celulares para la oficina de
Presidencia.
De esos temas me imagino que hablaron en San
Lázaro los dos tepatitlenses cuando se toparon frente a frente para hablar de
cuánto dinero requiere Tepa en el presupuesto federal del año entrante.
Me imagino también que ambos hablaron de cómo,
desde ahora, cada uno desde su frente, estará preparando su plataforma
partidista para alcanzar algún otro espacio en su carrera política.
Por eso, a una semana de las primeras
declaraciones políticas del alcalde de Tepa, estoy convencido de que a Jorge le
pasaron una vara para medir bien las “irregularidades” de la administración
pasada.
Esa vara, podría servir para medir al propio
Jorge, durante o después de su gestión.
Esa medida ya la conoceremos.
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