Sigue el problema
• Costó 7 millones pavimentación y sigue el problema de charcos
• Obras Públicas haría una serie de reparaciones si es necesario
7 días.- Costaron más de 7 millones de pesos y se tardaron varios meses los trabajos para cambiar el pavimento de las calles J. Cruz Ramírez y parte de Samartín y el objetivo era evitar los problemas de encharcamientos que se generaban en la zona durante las lluvias, lo cual no se pudo lograr, pues las primeras precipitaciones del temporal siguen causando lagunas y molestias a los vecinos de esta zona de Tepatitlán.
Con las primeras lluvias de mayo, las cuales en los últimos días han caído de forma abundante, la recién pavimentada calle J. Cruz Ramírez se ha vuelto a inundar, sobre todo en su cruce con la avenida González Gallo. Con la pavimentación, se colocaron además algunos desagües, pero no han sido suficientes para desalojar el agua pluvial.
Las razones para haber pavimentado esa zona, fueron entre otras, que cada año los encharcamientos echaban a perder el asfalto de la zona, quedando muy dañado al final del temporal y teniendo que invertir las autoridades miles de pesos en parchar la banda de rodamiento.
Fue precisamente a finales de la temporada de lluvias de 2013 cuando cuando la calle comenzó a ser intervenida y se le puso concreto hidráulico, terminándose la obra en abril de este año, pero con las primeras lluvias quedó de manifiesto que el problema de las inundaciones no pudo ser remediado.
Oscar Camarena Navarro, director de Obras Pública de Tepatitlán, al ser interrogado sobre este problema, admitió que la razón para haber cambiado el pavimento de esa calle fue por el acumulamiento de agua de lluvia y para eso se colocaron algunas bocas de tormenta y un tubo que desviaría el flujo hacia una calle cercana que se encuentra de bajada.
Respecto a la inundación de estos días, el funcionario municipal lo atribuyó a la acumulación de basura que obstruyó parcialmente los desagües pluviales y agregó que se limpió el sistema y si el problema persiste, se pondrá un tope de concreto en una de las calles, para que funcione como dique y desvíe el agua hacia una pendiente que hay metros más adelante.
Y si aún así las inundaciones siguieran, Obras Públicas ya planea romper una de las banquetas recién construidas y hacer una nueva boca de tormenta.
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