Una obra de gratitud y fe el templo de San Julio Álvarez

En San Julián

Por Oscar Maldonado Villalpando 

El templo está proyectado en grande. Se le llama Complejo Religioso San Julio Álvarez. El terreno elegido está ubicado hacia el oriente de la población por la carretera a San Diego de Alejandría, es en San Pablo, frente a la gasera, fue donado por la familia Márquez Espinoza. Es en el kilómetro dos de la carretera mencionada. Frente al templo pasará el proyectado libramiento de San Julián, que le dotará de comunicación inmejorable.

Tiene una extensión superficial de 20,000 metros cuadrados, 11.38 solares, en el interior que será de forma circular, se tendrá capacidad para 2,000 personas en el nivel principal y 5oo en un segundo nivel.

Lo correspondiente al templo se integrará de Nave Principal en los dos niveles dichos, Presbiterio, Pila Bautismal, Sala Penitencial, 2 Salas de Criptas, Sacristía, Casa para Sacerdotes, Espacios para atención espiritual, Colecturía, Estacionamiento interno para 150 autos, 2 módulos de baños para visitantes y peregrinos, 7 salones para catequesis, Áreas de jardines, Bodegas múltiples.

Los espacios que comprenderá este Santuario Monumental, además del espacio celebrativo, Casa de ejercicios, Auditorio para 200 personas, capilla especial para 200 personas, 5 salones para pláticas, habitaciones para 48 parejas en ejercicios o encuentros, Cocina y Comedor, Casa de Religiosas, Oficinas y salas de recepción.

El 30 de marzo de 1927 San Julián recibió al ilustre visitante para ofrecer su vida al Creador por profesar su fe y ejercer el ministerio sacerdotal; esta parroquia siempre ha considerado un inmenso regalo esa ofrenda de San Julio. Fue ejecutado por la calle Narcizo Elizondo que pasa frente al templo en su cruce con la entrada antigua, que se nombra hoy San Julio Álvarez; y ahí, en el lugar preciso se construyó una ermita, que conservó vivo el recuerdo y la devoción. Desde 1956, el 23 de junio, el Señor Arzobispo don José Gribi Rivera inició el proceso ordinario para la causa de beatificación y canonización, en 1985 se inicia el proceso de Beatificación con el grupo de mártires presentado por la Comisión de la Conferencia Episcopal Mexicana. Y el 22 de noviembre de 1992 es beatificado, luego el 21 de mayo del año 2000 es elevado a los altares por S.S. Juan Pablo II.

Se puede decir que el deseo de los fieles siempre fue de dar a San Julio un lugar digno para su culto y se estuvo buscando desde hace 20 años, por lo menos. Después de muchas opciones y propuestas, se ha elegido esta presente y se quieren aprovechar todas sus cualidades. Para ello se han tenido que hacer trabajos extras, como una cimentación muy especial, dado que el lugar es cercano por donde pasa una corriente natural. La obra se ha sentado en lo firme, planchas de cantera, y el nivel de la construcción estará libre de peligros y riesgos.

San Julio no ha estado en San Julián de paso, este gran anhelo muestra que permanece en esta fervorosa comunidad. La obra cuenta con la generosidad de todos los fieles. Las personas que colaboran en la construcción lo hacen por cariño a la causa, no se trata de tajadas ventajosas, de tratos con empresas, como suele suceder, no, aquí se pide la colaboración desde la posibilidad de cada persona. Así el almacenista ofrece los materiales al costo, los constructores son verdaderos colaboradores de la obra. Se paga solo lo efectivo, el trabajo normal. Para ello hay un Comité en torno al párroco y a los sacerdotes, que supervisa la obra y da su ingenio y creatividad. Por todo ello hay mucha esperanza en salir adelante. Todo se aprovechará al máximo.

Este es un verdadero escuadrón de asalto para una empresa formidable. Todo está en marcha. Se han empezado en pequeño, cada mes se tiene la santa misa en honor a San Julio, en el lugar, bajo un árbol vecino. Ahí está, como pequeña semilla germinando, esta gran ofrenda de esta comunidad que agradece el inmenso don de haber recibido a San Julio para su martirio.