30 años



…Se hace camino al andar…

 Por estos días, hace 30 años inicié el camino de los medios.

 Comencé repartiendo periódicos, cada sábado tomaba mis cientos de ejemplares de El Alteño y ahí íbamos, repartiendo en puntos de venta, entregando y cobrando, corrían las primeras semanas del año 1985.

 En las primeras semanas de mayo de aquel año, Miguel Angel Casillas, entonces Subidrector de El Alteño, me pidió “cubrir”  la fuente “educativa”, y así comenzó mi camino en esto de la redacción, del periodismo, de la comunicación.

 En estas primeras tres décadas hemos visto muchas historias, algunas las hemos publicado, las hemos narrado, han quedado en tinta, en audios o en videos.

 Soy afortunado. La vida me ha puesto frente a grandes maestros de la comunicación, por nombrar algunos, a Don Jaime Álvarez del Castillo, Angel Fuentes Ambriz (QEPD), Víctor Wario (QEPD), Oscar Trejo (y su inconfundible sátira); por supuesto a Don Ismael Alvarado Robles, entre muchos más a quienes ofrezco disculpa por omitirles. Parte de mi historia en los medios no podría entenderse sin las anécdotas, el acompañamiento de ellas y ellos en los medios por donde he pasado.

 En este tiempo he conocido a todo tipo de personajes, de ciudadanos. Personas muy cultas, otras muy ignorantes. Colegas soberbios y otros muy humildes. He conocido a tanta gente que dice querer cambiar la historia y sólo se limitan a buscar un cargo público, por no decir que buscan un sueldo extra en el gobierno.

 En la talacha he aprendido para qué sirve el periodismo. Me ha quedado claro que los reporteros y sus medios deberíamos buscar más la atención del pueblo, del radioescucha, del lector, del televidente y menos la del burócrata, la del poderoso, del político.

 Hoy las condiciones para trabajar son diferentes a las de hace 30 años. Hoy hay más medios, pero menos oportunidades. Hoy lo que se pide en los medios es urgente, a veces es fama, es posición social. Y lo que los medios deberíamos buscar es hacer ejercicios de comunicación social, que el pueblo hable, que el pueblo sea escuchado.

 He aprendido que, cuando el periodista piensa en atender al gobernante, su ejercicio resulta efímero. He aprendido que cuando el micrófono solo se enciende para que hable el poderoso, el reportero y su medio se vuelven parte de la tiranía.

 He aprendido también que los reporteros vamos y venimos. Que se es periodista cuando se está vigente; que el oficio es tan ingrato que vives en tanto vive tu noticia, y ésta vive en tanto llega una nueva, y otra más y así sucesivamente.

 He visto nacer y morir varios proyectos de comunicación. He ayudado a quebrar uno, y a hacer crecer varios.

 Si hemos sido buenos o malos reporteros, eso le toca a la gente evaluarlo, calificarlo.

 Lo que buscamos no es el aplauso o el cumplido. Lo que nos mueve es provocar la información, la reflexión, el debate de las ideas y la atención a las necesidades de cada una de las comunidades a las que llegamos con nuestros medios.

 Hoy, a  30 años de distancia del arranque de esta historia, de esta trayectoria tengo más claro que nunca, para qué sirve una hoja del periódico, un micrófono de la radio, una cámara de la televisión.

 Hoy comprendo mejor a mis colegas, a los que siguen, a los que han claudicado o a los que recién llegan a los medios.

 Se agradece la paciencia, la constancia y el apoyo de lectores, radioescuchas y televidentes, que nos han acompañado durante estas primeras tres décadas.

 Por supuesto que este camino no hubiera sido posible sin ayuda  de colegas de página, colaboradores y amigos con quienes hemos dado la lucha, a veces necia, a veces seria, de encontrar la mejor historia para contar, la mejor nota periodística que atraiga la atención y la acción de la gente del pueblo.
 A ver hasta dónde llega esta historia, Usted con su lectura o sus oídos, nos marca la pauta.

Muchas gracias por el acompañamiento.

Publicar un comentario

0 Comentarios