Prosa aprisa

Dos gobernadores

Por Arturo Reyes Isidoro

“La deuda no es pecado eh, la deuda es apalancamiento importante para el crecimiento de las organizaciones”. ¿De quién se imagina usted que es esta frase de antología del cinismo político mexicano? Le doy otra frase a ver si le ayuda a identificar al autor: “Si queremos que se conserve el empleo, el gobierno tiene que invertir en infraestructura, incluso consiguiendo prestado, ya habrá oportunidad de pagar”. ¿No? ¿Cómo? Caliente… caliente. Frío… frío. ¿Se da?

Se trata nada más y nada menos que de un ínclito gobernador panista, de Emilio González Márquez, quien para 2009 presentó en el Congreso de Jalisco un Presupuesto de Egresos que aumentará en más del 50 por ciento, es decir, más de la mitad, la deuda pública del gobierno de esa entidad, deuda que actualmente asciende a 4 mil 300 millones de pesos. El proyecto de presupuesto que presentó es de 63 mil millones de pesos, los cuales incluyen un endeudamiento por 5 mil 500 millones, con lo cual la deuda directa ascenderá a la friolera de ¡9 mil 800 millones de pesos!

González Márquez pidió no satanizar la contratación de pasivos. “Si el Congreso nos autoriza 5 (mil millones) o 5 mil 500 millones de deuda, estaremos pagando arriba del 2 por ciento del presupuesto en amortización de la deuda y en intereses”. Pero la cifra que mencionamos aumenta porque falta la deuda indirecta que es por 5 mil 700 millones de pesos, o sea que al final el monto global es de ¡15 mil 500 millones de pesos!

El iluso dirigente de Coparmex Jalisco, Pablo Lemus, dijo que apoyaba la propuesta de endeudamiento siempre y cuando el dinero se concentre en un fideicomiso y se invierta en infraestructura. “Un fideicomiso desde donde para todos pueda ser muy transparente su ejercicio, porque no vaya a ser que esos recursos públicos vayan a ser depositados y se confundan y se dediquen después para gasto corriente, para nóminas, para comprar coches, para vales de gasolina o para viajes”. ¡Ajá!

De todo esto se dio cuenta en Reforma, en la sección “Estados” (página 18) del 31 de octubre pasado.

Iluso este señor Lemus, pues Emilio González es el mismo que como si fueran recursos de su bolsa personal, en abril de este año regaló por sus pistolas 90 millones de pesos parar edificar el Santuario de los Mártires bajo el pretexto de que se trataba de un atractivo turístico, y ante el alud de críticas que se le vino encima por ello “tronó” el 24 de abril en otro acto en el que aportó otros 15 millones de pesos a la Asociación Mexicana de Banco de Alimentos, A. C.

“Señor Cardenal, don Juan Sandoval, qué desmadre traemos. ¿Sí o no?, nos estamos haciendo famosos don Juan. Digan lo que quieran, perdón señor Cardenal, chinguen a su madre”.

“Yo tengo poco de gobernador, pero a lo mejor ya se dieron cuenta que a mí lo que algunos poquitos dicen me vale madre, así de fácil, yo sé lo que se tiene que hacer en Jalisco. Déjenme decirles que yo estoy comprometido con este movimiento y que traigo aquí un pinche papelito que dice ‘Gobierno de Jalisco, Secretaría de Finanzas’, Óscar (García Manzano) ¿dónde andas? Hasta que, cabrón, hiciste algo bueno por Jalisco, Martín Hernández: felicidades, chingado, nunca falta. Este es un cuete, no me importa, me cae, don Juan (Sandoval Íñiguez) absuélvame desde allá…

“El dinero no es mío, yo no lo tengo, yo no tengo 15 millones de pesos, pero ¿saben qué?, la gente votó por mí, la gente en su mayoría votó porque yo haga realidad lo que me comprometí en campaña y me vale madre si a algunos periódicos no les gusta, la gente votó por mí y en ese votar por mí debe tener el compromiso que yo he asumido de apoyar a los que trabajan porque no haya hambre en nuestro Estado”.

Cuán ilustrativo es este caso para valorar a Fidel Herrera Beltrán y su gobierno en Veracruz

El gobernador panista de Jalisco apenas en marzo pasado cumplió un año de ejercicio y en menos de dos años ya tendrá una deuda pública, directa e indirecta, de 15 mil 500 millones de pesos.

El gobernador veracruzano heredó una deuda de 3 mil 500 millones de pesos más intereses y en menos de dos años la saldó. Y no sólo eso. En lugar de contratar más deuda directa ha hecho uso de instrumentos bursátiles para fortalecer las finanzas estatales y municipales y las obras no han parado en cuatro años.

En cuatro años Fidel no ha llegado nunca borracho a encabezar un acto público ni ninguno privado ni ha llegado a mentarle la madre a sus críticos y a sus opositores. Tampoco ha hecho alarde público de su cargo y menos le ha valido madre lo que publican los periódicos.

Por ser la regla y no la excepción ya no es novedad su ritmo de trabajo, su espíritu conciliador, su cercanía con la gente, su atención directa a problemas, proyectos, programas y acciones de gobierno, su vigilancia sobre la actuación de sus colaboradores, su promoción de inversiones nacionales y extranjeras, su preocupación por fomentar más y más el turismo, su prioridad para crear empleos, su responsabilidad en la aplicación de la política de seguridad pública, sus recorridos diarios por toda la geografía que lo mantienen al día sobre la situación real que priva en el estado, su interlocución con los actores políticos, los agentes económicos, los líderes religiosos, los representantes de las más diversas organizaciones, su trabajo de coordinación con el gobierno federal, su apoyo a los municipios, su respeto a las libertades de expresión y de manifestación, su preocupación por mejorar los aparatos encargados de procurar y administrar justicia para todos los veracruzanos, su impulso al campo agrícola y ganadero en todas sus modalidades, etcétera.

Todo eso no es novedad pero para nada puede desdeñarse. Tal vez peque de optimismo, pero pese a toda la crisis económica, por toda esa acción de gobierno, percibo que, como comúnmente se dice, en Veracruz ahí la llevamos.

Un gesto suyo que me llama mucho la atención: su humildad para gobernar. No entiendo ni puedo calificar de otro modo que sin disfraz anuncie a los cuatro vientos que contrata como su asesor para que lo ayude a enfrentar de la mejor manera los efectos de la crisis financiera mundial al ex gobernador Agustín Acosta Lagunes.

Cuando hace eso no sólo estamos ante un político y gobernante muy seguro –sólo los inseguros por sus limitaciones personales, su desconocimiento, su falta de oficio y experiencia, su poca preparación, entre otras cosas, cuando obtienen alguna forma de poder, se aferran no a compartirlo sino a no delegar funciones, a convertirse en “yo, yo”, a creerse “juan camaney”, a considerarse dueños de la verdad e infalibles, a creerse los predestinados y a pensar, tener la creencia y meterse en la cabeza hasta grados de locura que son la encarnación naca del “rey Sol” Luis XIV y su lapidaria frase absolutista “el Estado soy yo”, así como a creer de verdad que son verdaderos dueños del destino de pueblos y hombres y mujeres– sino también ante la persona que se nos muestra como ser humano que es, que no lo cree saber ni poder todo (aunque en el caso suyo es innegable que sabe mucho de muchas o casi todas las cosas y las que no las estudia o aprende), que dice sí, reconozco que en equis o ye campo o tema hay alguien que es o puede ser más chingón que yo porque sabe más, porque tiene más experiencia, porque ya recorrió el camino y lo conoce mejor, porque lo que le pido que haga ya lo hizo con éxito… en fin, que entonces más que pensar en los galardones para sí piensa en lo que puede ser mejor para todos o para la mayoría.

Llega Fidel Herrera Beltrán a la conclusión de su cuarto año de gobierno. Por si hubiera dudas para evaluar su trabajo basta echar un vistazo a lo que hacen o están haciendo o a lo que no hacen ni están haciendo en otras entidades y a la actuación de otros gobernadores. Y lo que vemos o sabemos que está ocurriendo en otros estados es suficiente para felicitarnos de tener a un gobernador que en muy alto porcentaje, en más del 90 por ciento, sólo ha tenido y tiene aciertos y mantiene a Veracruz en muy buen clima respirable, vivible y de plena convivencia. Así, que venga un mejor quinto año de gobierno.

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