La esperanza

Por Juan Flores García

La esperanza de vivir muchos años los que nacimos muy al principio de este siglo cuando nuestros jóvenes padres y maduros abuelos, comentaban los acontecimientos que pudieran aparecer a lo largo del tiempo que tenía que pasar para llegar al fin de este siglo, al año dos mil, que agobiaba a la siempre existente gente pobre desde que la humanidad existe. Por eso vino Cristo al mundo hecho hombre para nacer en un pesebre para darnos la esperanza de salvación, y la confianza en lograr lo que nos proponíamos. Los niños esperábamos crecer, ser grandes, aprender, de conocer y saber. Nuestros hogares eran integrados por gente sencilla ignorante pero inteligente dispuesta a aprender, no todos, pero si la mayoría, la sociedad se componía de estos.

No sabemos en que malos pronósticos se apoyaban en tener los malos augurios vendidos de los acontecimientos de la revolución de 1910 por no hablar de otras cosas, que trae los males como: guerra, hambre, peste y muerte. Este motivo, con el humor y talento poético el señor, de todos nuestros respetos y confianza don Matilde Gutiérrez, encarnado desde el año de 1900. Del ahora panteón antiguo como decimos, poemas de cincuenta años desde que se puso en servicio hasta su muerte, escribió unos ingeniosos poemas relacionados con sus temores que mencionamos.

Tomamos textualmente algunas cuartillas de su testimonio escrito; Hambre peste y Guerra / Hay Hay Hay Vale Dionisio/ ya no puedo soportar/ muy cerca está el día del juicio. Esto no hay que dudar/ que nos vamos a acabar todos lo estamos mirando.-La peste, el hambre, y la guerra con todos esta acabando. - El Demonio nos persigue es muy cierto Vale Andrés; el maíz no se consigue/ de hambre ya hablamos inglés.- Los enemigos son tres esto es cierto y verdadero; La peste, el hambre, la guerra/ viene haciendo barredera. /Esas referencias hacían los hombres de esa generación los peores males esperaban, habían vivido los estragos de la primera guerra mundial en la que murieron millones de seres humanos. Luego la revolución Cristera y la segunda guerra mundial y la bomba atómica en 1945.

Con todo eso, hemos superado en todo aquellas inquietudes que nos afectaron económica y socialmente, nos impulsaron a buscar la manera de hacer dinero como decíamos, para mitigar nuestras carencias sin dejar de seguir la cantaleta de los sucesos que traería el tan entonces fin del siglo que con tanta expectación estuvimos esperando – llegar al año dos mil no al fin del siglo, en que se acabaría en lumbre del mundo -.

En cuanto toca a Tepa, la prosperidad ha superado todas las calamidades sufridas. El pueblo tranquilo que conocimos en todas sus actividades antes, antes de todos los avances modernos, empezaba a tener quien se preocupara por que tuviera una fisonomía mejor. Por los años 60 en nuestras calles apenas tenía un foco medio de las cuatro esquinas que colgaba y apenas alumbraba, faltando a veces el foco que se fundía o era quebrado y no se reponía pronto. Fue ya en la administración municipal de Horacio Franco Martin en el periodo 1959-62 cuando nos proporcionó alumbrado público colocando arbotantes en las principales calles a la orilla de las banquetas.

Están en las calles: Samartín, Hidalgo, Esparza y Morelos a este tiempo ya les hace falta una pintada. Por entonces teníamos el cuarto y su placita.

Esta fue dedicada a algún hombre ilustre pero pasaron los años y se hizo una plataforma con la intención de hacer un monumento con una figura que parecía ser un águila pero nunca se terminó, y los muchachos nos subíamos sobre ella para que fuera parte de nuestros juegos. Después se reformó la placita y se colocó el busto de Cristóbal Colón. Para los jóvenes es bueno que no conocieran este lugar, diremos que estuvo este lugar entre lo que es la casa de la cultura y el cuarto.

Después en el periodo municipal de J. Guadalupe Barba, si no nos equivocamos 1962-64 cuando se construyó la plaza a la salida a San Juan de los Lagos y si no fue trasladado a su pedestal el busto, fue al destruir el curato en el mandato municipal de Salvador de Anda 1965-67 para ocupar ese terreno en la que conocemos plaza Morelos, y ya conocimos esa placita como la de Colón.

Este lugar (su jardín) fue esmeradamente cuidado por Antonio Alonso por más de 10 años dando con su trabajo el lucimiento de un espacio verde para deleite del visitante dando con eso, la bienvenida a nuestra hermosa ciudad centenaria. El resto del parque, como también le decíamos, estaba muy deteriorado que pedía a gritos que se le reconstruyera con la esperanza de ser tomado en cuenta, y como la esperanza muere al último, llegó el día en que fuera tomado en cuenta, y con un ambicioso proyecto, se diseñó su costosa construcción borrando así, el pueblerino lugar a donde muchas veces fuimos los miembros del Consejo de Caballeros de Colón el día doce de octubre, a depositar una ofrenda floral.

Contamos pues a partir del día 16 de diciembre de 1999 con un espacio de recreo, una plaza con su arco llamado de la Esperanza donde entrada esta sobre su base el busto de Cristóbal Colón.

Esta plaza fue inaugurada por autoridades eclesiásticas, estatales y civiles; Sr. Obispo de San Juan de los Lagos, Javier Navarro; la señora Carmen López Rocha, representante del gobierno del estado y por el Sr. Cura Salvador Zúñiga.

Queda pues esta obra pública para recreo de sus habitantes de Tepa, para disfrute y gozo, con la esperanza de su cuidado y conservación, y como recuerdo de los que vivimos en nuestra niñez ese lugar baldío sin la esperanza de conocer tan magnífica obra, decimos que: así fue Tepa en el tiempo.

Agradecemos sus comentarios a jofloreso@prodigy.com.mx

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