Panorama de Arandas
Por Rubén Arias Barajas
Vaya
para Ustedes el saludo semanal de costumbre.
El
título de la presente colaboración, no tiene nada que ver con las
huelgas a las que los sindicatos tienen derecho, aunque en el preciso
momento, atravesamos por meses de paro, ilegal considero yo porque no
han estallado una huelga formal, los de la CNTE que tienen a Chiapas,
Oaxaca, Michoacan y algunos otros lugares del País, paralizadas a
miles de escuela y afectando a cientos de miles de alumnos de
primaria que están esperando a ver cuándo se resuelven las
peticiones de los maestros que dejaron tirado su trabajo, atenidos a
que de todas maneras seguirán recibiendo su salario, vaya que son
suertudos. En cualquier otro País, Gobierno o negocio de la
iniciativa privada, no se presente Usted a trabajar sin un motivo
justificado y perderá su empleo de inmediato, pero ellos gozan de
privilegios que ni siquiera la Ley contempla, de facto, paralizan
actividades y no pasa nada. Es el México surrealista del que tanto
se habla en el extranjero y que produce asombro.
Paro
de la mentalidad que nos tiene atados a atavismos, costumbres,
tradiciones, costumbres y complejos que nos tienen parados, es decir
detenidos para efectuar los cambios que son necesarios si es que
aspiramos a progresar.
Desde
por ejemplo el campo mexicano. La siembra del maíz es algo que se
hace ya como una costumbre y una rutina no obstante que son magras
las utilidades y los agricultores se quejan porque siempre pierden.
Si hay una mala cosecha, no recuperan lo invertido y tampoco su
trabajo. Si la cosecha es muy buena, como en el presente temporal
ocurrió, pues resulta que la Ley de la Oferta y la Demanda que rige
en nuestro mercado, hace que el precio del maíz baje y entonces
tampoco obtienen las utilidades que indudablemente merecen por su
esfuerzo y gasto.
Luego
hacen paros y reclaman a SAGARPA y al gobierno federal para que
intervenga y ponga un precio de 6 mil pesos por tonelada del grano,
lo cual ya les dijeron que es prácticamente imposible. A duras penas
les pagarán a un poco más de 4 mil pesos la tonelada, lo cual no es
malo, pero ellos lo consideran insuficiente y están en su derecho.
El
problema radica en la falta de imaginación, de tenacidad, de ver el
presente y de ahí proyectarse al futuro para no estar sufriendo el
mismo problema año tras año. La conversión es algo que debe
implementarse desde hace muchos años para beneficio de los
Agricultores. Pero porfían en sembrar maíz porque conocen éste
cultivo desde hace muchos años y temen enfrentarse a otros problemas
con otro tipo de cultivos que no conocen bien.
Es
ahí en donde deben cambiar. Deben buscar y encontrar el
asesoramiento técnico que el gobierno puede darles, para que
enfoquen sus esfuerzos y recursos económicos, en experimentar con
otro tipo de cultivos que les proporcionen más utilidad, pues si no
hay conversión de cultivos, la tierra se vá gastando, se va
agotando en cuanto a sus recursos minerales, por lo que dejar de
sembrar maíz y cambiar a tomate, chía, frijol, sorgo, avena, linaza
no solo les puede redituar ganancias, sino que la tierra se renueva,
se hace de hidrógeno y otros componentes que la enriquecen y así
evitan los elevados gastos para una tierra agotada a la cual hay que
enriquecer con fertilizantes y otros productos, haciendo más elevado
el costo de lo que se siembra.
Se
deben informar los agricultores del tipo de tierra que tienen, del ph
que contiene, del clima, la situación geográfica, la altitud, el
promedio de lluvia que se tiene en el temporal y el escoger las
semillas que más puedan adecuarse a éstas circunstancias
dependiendo del tipo de cultivo que se estime pertinente por su
rendimiento y ganancias que pueda dejar.
Esta
información que pareciera abundante o difícil de conseguir en
realidad no lo es. Existen las dependencias gubernamentales y los
profesionales técnicos que pueden hacer esas evaluaciones y dar la
información necesaria para sacarle provecho a su terreno, la
cuestión es no “parar” en lo mismo de siempre, de no estancarse.
El mundo globalizado así lo exige y lo permite. Solo es buscar la
información y ésta aparecerá para orientar a todos aquellos que no
quieren abandonar sus viejos hábitos, pero que precisamente por eso,
siguen sumidos en la pobreza y la desilusión. Es tiempo de cambiar y
adaptarse a los nuevos retos, porque si no se hace, se corre el
peligro de fracasar.
Existen
ejemplos de gente audaz que ha hecho en la zona de Los Altos,
experimentos exitosos con cultivos como la chía que tiene un mercado
amplio y se paga a buen precio. Otro ejemplo es la siembra de
aguacate en donde se suponía es tierra con clima frío y no apto
para éste producto, sin embargo en el Municipio de Arandas hay
ejemplares realidades exitosas como la de los hermanos Cordero que
van por el camino del éxito con éste cultivo que tiene un precio
atractivo tanto en el mercado nacional como extranjero.
Todo
es cosa de no “parar”. De no quedarse donde mismo e investigar
para llegar al punto de arranque con nueva mentalidad y mejores
resultados.
Nos
leeremos la próxima entrega.
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