Hay que estar preparados


Por el padre Miguel Ángel
padre.miguel.angel@hotmail.com

La respuesta a una pregunta depende en mucho de cómo usted la haga. Como los vendedores de experiencia lo saben, las preguntas hechas de una manera negativa, casi siempre provocan una respuesta de acuerdo. Un estudiante de psicología entró en el ejército decidido a probar esta teoría. Le asignaron entregar albaricoques al final de la línea de comida. ¿No quiere albaricoques, verdad? preguntó a los primeros hombres, el noventa por ciertos dijo: “No”. Entonces probó el método positivo: “¿Quiere algunos albaricoques, verdad?”, -“este…sí…tomaré unos cuántos”. Luego probó un tercer método basado en la técnica fundamental de “o,o”. “¿Un plato de albaricoques o dos?”, preguntó. Y pese a que la mayoría de los soldados no les gustan los albaricoques del ejército, el cuarenta por ciento tomó uno. 

Definitivamente sí influye cómo se hace la pregunta. Sin embargo, hay una pregunta que no puede ser influenciada por persona alguna, sino que el Espíritu Santo prepara el corazón antes de que se haga esa pregunta: ¿Estás ya preparado para pasar la eternidad con Dios? Esta pregunta hoy mismo se te hace, porque mañana podría ser demasiado tarde. Que la oración de este día nos dé el valor para no dejarnos vencer por los problemas y dificultades y se acreciente nuestra fe en Jesús, nuestro Salvador.

Estar preparados para encontrarnos con Dios en la eternidad es un asunto de suma importancia y no debemos poner en peligro nuestra salvación eterna.

Cuántas veces nos acostumbramos a vivir en pecado natural, sin acudir al sacramento de la reconciliación y así pasan los días, las semanas y lo meses, No seamos ingenuos, estemos siempre preparados.

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