¿Ya mero volvemos a las compras?


Si hay quien padece los dos meses de claustro que nos recetó el gobierno de Jalisco, son los comerciantes, los prestadores de servicio y quienes viven de propinas.
 Han sido semanas de angustia, de ansiedad y de quién sabe cuántas emociones más, a las que hemos registrado cualquier otro ciudadano.
 Lo dijimos hace unas semanas en este espacio, lo más cómodo durante esta pandemia ha sido trabajar en el gobierno y recibir el sueldo quincenal, haya o no actividades, con o sin guardias, con clases o sin ellas, con sesiones de Regidores o sin ellas, con resultados o sin ellos ante la comunidad. Eso es lo más cómodo, contrario a lo que padecen quienes viven al día, de sus ingresos propios, sin un patrón, sin un sueldo fijo.
 Por ello, son entendibles la expresiones -públicas o privadas- de enojo, de fastidio y de angustia de quienes tienen negocios y los han mantenido cerrados por orden del Gobierno. Para ellos no hay distinción, el gobierno es el Alcalde, el Gobernador o el Presidente, o quien sea, hasta el inspector o el policía.
 Esta semana podría ser la de mayor contagio, ya lo advirtieron las autoridades, y así ha sido, ya han brotado contagios y hasta muertes notificadas en municipios alteños donde no se habían registrado. De eso hablaron las autoridades.
 También hablan las autoridades de la posible aplicación de la Fase Cero, es decir, el comienzo de algunas actividades productivas, bajo medidas estrictas de higiene, limpieza y seguridad entre las personas, con la llamada sana distancia.
 Es probable que, a partir del próximo fin de semana, algunos puedan volver a sus negocios, a sus empleos. Pero ojo, nadie se llame a sorpresa si las compras no llegan como lo desean los vendedores. Si los empleados se resisten a hacer algunas actividades que pongan en riesgo su salud y si, los clientes, exigen ser atendidos con medidas exageradas de sanitización.
 Luego de dos meses, podrían reactivarse las agendas, pero de los ciudadanos dependerá si detonan los contagios, si provocamos en unos días lo que por ocho semanas evitamos: contaminar o ser contaminados.
 A partir de la semana siguiente podríamos tener actividades suspendidas en aquel aparentemente lejano 13 de marzo.
 Para algunos fueron dos meses perdidos en la economía, para otros fueron dos meses ganados en salud.
 Cada quien tiene su expresión, su experiencia. Cada uno podrá ser estadística a partir del fin de semana. Que cada quién elija qué tipo de estadística quiere ser: de enfermedad, de economía o de salud.

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