De la Secretaría del Malestar
• Dos veces le han perdido sus datos y hasta se burlan de ella
Tepatitlán, Jal.- Algunas adultos mayores tienen meses esperando la pensión que se supone les da el gobierno Federal al cumplir los 68 años, sin embargo hay quienes han perdido la esperanza y dicen estar hartos, como en el caso de doña Inés Becerra, quien va para los dos años de espera, mientras que la Secretaría de Bienestar (para Ella Malestar) le ha pedido por tercera vez sus documentos para subirlos al sistema, pues dos veces le han dicho que ya está todo, pero el dinero no ha llegado a sus manos.
Doña Inés es una mujer de 71 años quien en febrero del año pasado aplicó para el programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, que ofrece un apoyo de $1,275 psos mensualmente. Fue así que doña Inés, en compañía de su hija acudieron al Parque del Agua ubicado en Vallarta en febrero del 2019 para comenzar con el trámite, donde la anotaron y le señalaron que ellos le hablaría cuando todo estuviera listo y así poder entregarle su primera mensualidad.
Los meses pasaron y finalmente en noviembre de ese año les avisaron en persona y vía telefónica que acudieran el 17 de diciembre al auditorio Hidalgo donde les darían su primera mensualidad. Ese fue el primer intento fallido, ya que las horas pasaron y doña Inés no era llamada por las personas que sí llamaban a otras adultos y veía como les daban un talón y cobraban su dinero, al final le dijeron que ella no estaba anotada y que probablemente se habían equivocado de fecha.
“Nosotros fuimos y no nos llamaban, nos esperamos hasta el final, cuando preguntamos nos dijeron que no estaba anotada y que probablemente nos habíamos equivocado de fecha porque a unos les paga un día en Telégrafos, a otros en otro día en persona le dan en efectivo y otros en el banco, comentó su hija Fabiola, quien ha estado a vuelta tras vuelta después de eso para tratar de arreglar esa pensión.
“Yo le contesté que si entonces el que había ido a tocarme la puerta para avisarme del día se equivocó y también el que nos había marcado para confirmar la cita, entonces dijeron que tal vez le pusieron otra dirección y nada, nos regresamos a casa. Semanas después mi otra hermana fue a preguntar de nuevo a la oficina que tienen en Tepa y me dijo que llevara otra vez la documentación para darme una solicitud de reactivación, eso ya fue en febrero de este año”.
Faby señala que también pidieron IFE, CURP y comprobante de domicilio de ella, ya que si su mamá no podía acudir por la pensión, ella estaría autorizada a recogerlo. El mensaje fue el mismo: “Nosotros les hablamos cuando ya esté”. La contingencia llegó, los meses pasaron y en mayo acudió a la oficina para ver que había pasado, ahí un joven en tono de burla le dijo “Eso no puede ser, no pudo haber pasado tanto tiempo”.
“Yo sentí su tono burlón, cuando le expliqué todo los pasos hechos y desde cuando, me dijo que investigaría en el sistema, se excusó diciendo nuevamente que probablemente me habían puesto otra dirección, lo cual no entiendo porque para eso te piden comprobantes de domicilio, total que me dijo que me esperara a que me hablaran o que volviera a ir unas semanas después”.
Un año y siete meses después de haber hecho por primera vez la solicitud, en julio, luego de no recibir ninguna notificación Fabiola regresó a la oficina, que no cuenta con ninguna computadora, por lo que fue necesario que la mujer que los atendió le tomara una foto al folio del comprobante que les habían dado para preguntarle a alguien más si estaba en el sistema, la respuesta fue otra vez de incertidumbre.
“Un tal Dany le dijo a la asistente que no aparecía, le dije que me comunicaran con Eusebio o Emilia, ya que la vez anterior me habían dicho que preguntara por ellos, pues le marcaron y su respuesta fue, pregúntale a DanY, a lo que ella le respondió que ya lo había hecho y que le había dicho que no aparecía, -ah pues no está entonces- fue todo lo que dijo”.
Nuevamente a Fabiola le dijeron que por tercera vez llevara la documentación, que sí le darían la pensión pero que tenía que llevar los papeles o se quedaría esperando, situación que a su mamá le ha colmado la paciencia.
“¿Tú crees que voy a volver a llevar los papeles?, tantos meses y me dicen que no estoy, yo no puedo andar yendo y viniendo a ver hasta cuándo se compadecen de uno, yo creo que el dinero sí está llegando, pero por lo menos a mí no, estoy enfadada, puras vueltas y mentiras nos han traído a mi hija y a mi”. se quejó Doña Inés, quien no está segura de volver a intentarlo una tercera vez.
En la página de la Secretaría de Bienestar (Malestar) del Gobierno Federal señala que “Los derechos de las personas adultas mayores no son respetados y cumplidos a cabalidad en nuestro país. Por dicha razón el gobierno de México refrenda con el Programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores su visión de que son titulares de derechos económicos y sociales y que debe garantizarse su cumplimiento”, sin embargo al parecer en Tepatitlán, ese cumplimiento para Doña Inés está lejos de serle garantizado.
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