Nuevamente nos encontramos amigos lectores, agradeciéndoles todos sus comentarios y sugerencias que me hacen llegar mi correo electrónico: jorgegerardotorres@hotmail.com.
En esta ocasión les trataré un tema personal, pero que a la vez es público, porque aunque yo quería mucho a mi padre, él era muy estimado en esta población, y lo que me llamaba más la atención es que era bien visto por todas las clases sociales, porque era sencillo y nunca fue prepotente ni altanero con la gente, porque para él todas las personas eran iguales, no había quien era más y quien era menos, todos tenían sus virtudes y nos enseñó a sus hijos a valorar a las personas, porque decía que de toda la gente siempre se aprende algo; ahora, a 10 años de su muerte, lo sigo extrañando mucho y sé que mientras permanezca en nuestros corazones siempre estará aquí en su espíritu. Quise compartir con todos ustedes este tema diferente a la cuestión política, porque siento que es algo que vale la pena de comentar y tratar con todos ustedes, amigos lectores de esta sección, se trata de mencionar los aspectos relevantes de la vida de un hombre bueno, trabajador, buen esposo, buen padre y quien fue también muy buen hijo.
Pedro Torres Moreno fue una persona que ayudó mucho a su pueblo Lagos de Moreno, tratando bien a sus trabajadores y fortaleciendo la economía del entorno donde se movía, ya que a base de tesón y mucho esfuerzo logró consolidar una empresa agropecuaria a la que dedicó gran parte de su vida: AGRASISA (Agropecuaria San Isidro).
Mi padre empezó a moverse en el ramo agropecuario de Lagos de Moreno desde muy joven, a la edad de 19 años, cuando se regresó de la ciudad de México donde trabajaba con el fin de formar un capital para tener una familia completa con su esposa y sus hijos, primeramente inició con unas hectáreas de un rancho denominado: San Joaquín, el cual obtuvo con el apoyo invaluable de sus hermano y su padre que tenían el mismo nombre: Abraham. En este lugar empezó a tener chivas, vendiendo la leche de las mismas a una empresa de Celaya (Cajeta Coronado) y también haciendo material para construcción. Años más tarde un primo hermano de mi papá, con el que tenía además del parentesco una gran amistad, el Lic. José de Jesús Torres Moreno, teniendo los mismos apellidos porque 2 primos hermanos se casaron con 2 hermanas y de ahí surgió la familia de los Torres Moreno, pues bien, mi tío que era abogado tenía un rancho en esta ciudad denominado San Isidro y entraron en sociedad, siendo mi padre el que atendía la hacienda en Lagos. Años más tarde le compró el rancho a su primo, siendo a partir de entonces que se dedicó en cuerpo y alma a trabajar en él, con mucho ahínco y lucha constante.
En este esfuerzo de llegar a consolidar el rancho de San Isidro, el señor Pedro Torres contó siempre con el gran respaldo de su esposa, la Señora Beatriz Venegas Michel, quien lo ayudó en todo momento, dándole todo su cariño, su amor y cuidando de los niños, además dándole ánimos en los momentos difíciles, procreando 9 hijos: Pedro Antonio, Jorge Ramón, Ana Beatriz, Jorge Gerardo, Sergio, José Raúl, Miriam, María Concepción y Gabriela del Carmen. El segundo hijo que tuvieron: Jorge Ramón, falleció a la edad de 3 años de cáncer en la sangre (leucemia), y su hijo mayor el Dr. Pedro Antonio Torres falleció en un accidente automovilístico a la edad de 42 años, en esos momentos tan difíciles de su vida, el Sr. Pedro Torres Moreno tuvo el respaldo de su familia: su padre Abraham Torres Cabrera, su madre: Concepción Moreno de Torres, sus hermanos: Concepción, Ramón (sacerdote jesuita), María Guadalupe, Abraham y María Aurora.
Es de resaltar que Don Pedro Torres Moreno siempre busco beneficios tanto para su familia como para sus empleados y su pueblo de Lagos, al que amaba entrañablemente, siendo un hombre muy luchador y visionario que se levantaba a trabajar muy temprano y a brazo partido con su personal que le ayudaba en las labores del campo. Fue presidente del Consejo de Vigilancia de la Asociación Ganadera durante muchos años por su honestidad y sus buenas maneras para tratar a la gente, también fue miembro de la Asociación de Caballeros de Colon y del Movimiento Familiar Cristiano, era muy estimado en la sociedad laguense por su sencillez y porque convivía con toda clase de gente, desde grandes empresarios, personas de la clase media y popular, y como les había comentado anteriormente, él nunca se creyó más que las demás personas y a todo mundo trató por igual, ricos y pobres.
El Sr. Pedro Torres Moreno logró consolidar su negocio, el rancho San Isidro, teniendo ganado de carne y de leche y entregando la misma a la Empresa Alpura, de donde se hizo socio y trató de mejorar las condiciones, así como el nivel de vida de sus trabajadores pagándoles un buen salario. Con sus hijos y sus nietos, les puedo decir que siempre fue un hombre muy entregado a ellos, con el que contaban al 100 por ciento de su vida, porque sabía comprenderlos y escucharlos, siendo una persona con gran madurez que sabía tomar las cosas con calma y entereza, tratando de hacernos comprender nuestros errores de una forma serena y tranquila, diciéndonos que nunca nos fijáramos tanto en las cosas materiales porque estas van y vienen, que nuestra mayor fuerza debería estar en ayudar a la familiar a salir adelante, siendo lo más importante la hermandad, el amor a Dios, a nuestra familia y nuestros semejantes, nuestros amigos, además nos decía que un hombre tuviera palabra, aunque no existiera un papel de por medio, que cuando uno daba su palabra se estaba comprometiendo a cumplirla.
Una anécdota que recuerdo de mi padre don Pedro Torres Moreno, es que un día que estábamos viendo el futbol le agradecí que nunca me hubiera puesto la mano encima, respondiéndome en el acto: “párate”, me levanté del sillón (muy asombrado) y me dio un abrazo, diciéndome: “¿ya ves como si te pongo la mano encima?”, así era mi papá: un tipazo a toda madre.
Ahora, a 10 años de su fallecimiento lo sigo extrañando y agradeciéndole por haber sido un buen padre, que trabajó demasiado por darnos una buena vida, dejarnos un patrimonio para cada uno de sus hijos y por lo tanto siempre lo recordaré con afecto, orgullo y respeto, por todo lo que hizo por su familia, pero principalmente por todas sus enseñanzas, ya que predicó con el ejemplo y siempre fue congruente entre lo que nos decía y lo que realizaba, y si estuviera aquí con él, le diría: “gracias por haberme escuchado en mis momentos difíciles, gracias por tu ejemplo de vida, gracias por tu congruencia de vida, gracias por preocuparte por nosotros, olvidándote muchas veces de ti mismo, pero principalmente gracias por dejarnos una gran imagen, de cómo debe ser un hombre bueno.
Finalmente les digo, amigos lectores, que las virtudes que más admiré de mi padre, fueron las de ser un hombre callado, sencillo, amable, servicial, que sabía dar amor y comprensión en los momentos complicados, y esas cosas se quedan en la memoria, no solo un año o dos o tres, sino para toda la vida. Gracias papá, a nombre mío y de toda la familia, por tu buen ejemplo y tu cariño incondicional.
Mi padre el Sr. Pedro Torres Moreno nació el 11 de agosto de 1924, y murió el miércoles 17 de marzo del año 2010. Es por la fecha de su cumpleaños que quise compartir con todos ustedes estas líneas, como un recuerdo de su vida.
Disculpen amigos lectores si en este escrito que realicé me ganó el sentimiento, pero el recuerdo de un padre, que nos trató con afecto y amor, es algo difícil de olvidar y llega al corazón, gracias por su lectura y por su comprensión, sigo como siempre a sus órdenes.
0 Comentarios