Por Gustavo González Godina
Nunca había visto yo tan enojados, furiosos, rabiosos a los seguidores de López Obrador -mejor conocidos como “chairos” o “amlovers” el apodo más amable que les da la gente a quienes el propio Presidente llama sus “mascotas”-; nunca, hasta ahora que los integrantes del Frente Nacional Anti AMLO (FRENAA) marcharon e instalaron un plantón, primero en la avenida Juárez porque la policía no los dejó continuar hasta el Zócalo, y luego en éste cuando un Juez Federal le ordenó a la autoridad de la Ciudad de México que debía permitirles continuar. Tan enojados están, que de los insultos han pasado a la agresión física obligando a los que protestan a defenderse, lo que no augura nada bueno.
Mucho me temo que esto va a escalar y que el enfrentamiento entre los obradoristas y los de FRENAA será cada vez más violento, pues el presidente lo seguirá alentando, aunque no directamente dirigiéndose a los agresores, a estos les dice que no agredan a los que protestan, y a los de FRENAA que tendrán toda la protección que deben tener.
Pero como es de todos sabido que López Obrador miente por costumbre, todos los días y a todas horas, que es un mentiroso compulsivo, a un grupo le dice que tiene derecho a manifestarse en el Zócalo (sí, hasta que lo ordenó un Juez Federal), y al otro que no se meta con ellos, que no los agreda; y al resto de la nación -a través de sus mañaneras- que los de FRENAA protestan porque no quieren pagar impuestos, una mentira más, que repiten a gritos y entre insultos y mentadas de madre sus “solovinos” o “mascotas” (así los llamó Él, no lo inventamos sus críticos).
Están furiosos, llenos de ira, desde que los de FRENAA se estacionaron y pusieron sus casas de campaña en la Avenida Juárez, de “pendejos” no los bajaban, se llaman a sí mismos “el verdadero pueblo” porque así se los ha hecho creer López Obrador, que sólo los miserables (quienes viven en la miseria) son el pueblo, los demás son “enemigos del pueblo” y no tienen derecho a manifestarse en contra de su amado líder.
Un manifestante portaba un estandarte de la Virgen de Guadalupe (como Miguel Hidalgo al inicio de la Guerra de Independencia) y un “amlover” intentó arrebatársela con el dicho de que no debía traer eso en su manifestación, “¿y por qué no?” dijo el hombre, “porque la Virgen es cosa de la religión, no de la política” le contestó el otro a gritos. “Pero es mi mamá -dijo espontáneamente el devoto- y yo la invité a venir. Es la madre de todos los mexicanos”, y no se dejó arrebatar la Imagen.
No sé si el hombre que quería quitarle al manifestante su Imagen Guadalupana sea creyente y le tenga más amor a la Virgen de Guadalupe que a López, o si simplemente necesitaba un motivo para pelear, pero con detalles como éste y otros más intensos y hasta significativos, se desarrolla el plantón de FRENAA en el Zócalo de la Ciudad de México.
Uno de esos detalles es que entre otros insultos (o lo que los amloístas consideran insultos), les gritan ¡Cristeros! Lo que no saben es que este adjetivo los manifestantes lo reciben con agrado, pues no sólo simpatizan efectivamente con los Cristeros, sino que, como hacían éstos hace casi cien años, los acompaña un sacerdote que los confiesa y les da la comunión en pleno plantón de protesta.
No sé yo quién será el sacerdote ni cómo se llame, pero ya vi un video en el que, vestido de civil -sin sotana pues- dice mientras camina: “Le acabamos de dar la comunión a don Gilberto Lozano, a Karina Monseñor le manda las gracias, vamos a tratar de traerles la comunión todos los días, y pidan mucho por don Gilberto, que Dios lo proteja, tiene muchas amenazas pero todo va a salir bien. Ojalá sigan orando, ya hemos cumplido trayéndole la comunión a Él y a su equipo, seguiremos en contacto con ustedes, ojalá se animen a venir aunque sea un rato, deveras, la gente aquí se está malpasando, han lastimado a mucha gente pero… quítense el miedo, es por sus hijos, por favor, tienen… tienen ustedes que entender que si no hacemos algo, esto nos va a llevar a un socialismo, a un comunismo, no es broma lo que viene, muchos están pensando que no pasa nada…”
“… por favor, reaccionen. Vénganse el fin de semana, hagan presencia, necesitamos… en Egipto fueron más de tres millones de personas, en Bolivia fueron 21 millones de personas, 21 días, ¿por qué no podemos hacer lo mismo?, ¿por qué no podemos ser solidarios?, ahorita estamos muy cómodos, pero van a perderlo todo, todo, entiéndanlo por favor, dense tiempo y no digan que no pueden. Dios los bendiga, los quiero mucho, aquí desde Juárez, con una pata mala y con la rodilla amolada, pero no importa, es por ustedes y sus familias, por caridad, reaccionen ya y aunque estén enfermos, vengan.”
Ya habíamos notado que Gilberto Lozano trae un chaleco antibalas bajo su camisa. Ahí está la explicación. Otro detalle es que mucha gente les lleva víveres a los manifestantes. Otro es que López Obrador se asoma diario -dice- a ver si ya llegaron Loret de Mola y Pedro Ferriz al plantón, “otro que falta es Gustavo de Hoyos el de la Coparmex”, agrega y exhorta: “Únanse, pero quédense a dormir…”
El sarcasmo refleja -me parece-, su preocupación. La ira de las “mascotas” lo mismo. Quizás ya se enteraron de la intervención del clero católico y eso los tiene nerviosos, y rabiosos…
Eso en la ciudad de México en la protesta de FRENAA, en Xalapa, Veracruz el vocero del arzobispado, el padre José Manuel Suazo dijo:
“Observamos con preocupación que la libertad de expresión, junto con otras libertades se están poniendo en riesgo. Nos extraña también el silencio cómplice de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Vivimos en una sociedad plural, y desde la diversidad de pensamientos debemos buscar siempre la unidad, el diálogo y el encuentro por el bien común. Se observa un acoso permanente, descalificación y hasta intimidación hacia quien piensa o actúa diferente.
Es lamentable y reprobamos abiertamente que a través de un discurso repetitivo se quieran apagar las voces disidentes, como si se quisiera imponer un pensamiento único. Eso resulta muy peligroso porque atenta contra uno de los derechos fundamentales de toda persona, y contra una de las características de la democracia moderna. La voz de alerta que han enviado los 650 intelectuales, periodistas y académicos recientemente, es un mensaje que debemos escuchar y reforzar.
Se necesita corregir el rumbo, a nadie beneficia mantener un discurso amenazante y desestabilizador. Los que evidencian los errores, los fracasos y las torpezas que se han estado cometiendo y que están dañando al país, encaminándolo a un punto muy peligroso, no tendrían por qué ser descalificados, agredidos e intimidados.
Se tiene derecho a pensar y a opinar de forma diferente. Junto a la amenaza de la libertad de expresión, también se están afectando otras libertades. como sucedió este sábado 19 de septiembre de 2020 en la ciudad de México, donde la policía impidió también el libre tránsito a los manifestantes que marchaban del Monumento a la Revolución al Zócalo capitalino.
Se trata de una violación a la Libertad de Expresión, a la Libertad de Tránsito y a la Libertad de Manifestación. Reprobamos esta conducta represiva de parte de las autoridades de la Ciudad de México.
Pbro. José Manuel Suazo Reyes”.
Con la Iglesia hemos topado, AMLO.
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