•Baches, viejos trailers estacionados, talleres que obstruyen banquetas, aquello es un cochinero
Por Gustavo González Godina
A cinco minutos del centro de Tepatitlán, una de sus calles que bien podría ser la primera entrada a la ciudad viniendo del centro del país, está en el más completo abandono. Lo que podría ser una hermosa avenida, es una porquería que a ninguna autoridad parece importarle.
Nos llamaron vecinos de la calle Barcelona, para que viéramos el estado de abandono -en muchos sentidos- en que está dicha rúa a todo lo largo de la misma, desde que comienza en la avenida Arturo Bayardo, a una cuadra del Arco del Tercer Milenio, hasta la carretera a San Juan de los Lagos.
No solamente está llena de grandes baches, sino que hay una empresa que tiene una bodega en esa calle, y que estaciona sus grandes trailers en esa vía, de lado y lado. Hay momentos en que teniendo la Barcelona la suficiente anchura para que transiten por ella cuatro vehículos -dos en cada sentido- sólo puede pasar uno, teniendo que esperar si viene otro en sentido contrario porque no caben dos.
Y ahí no terminan los problemas para los vecinos, a media cuadra de la Toledo, entre ésta y la de Sevilla. Hay un taller mecánico-eléctrico que siempre tiene atravesados vehículos sobre la banqueta, de manera que los peatones no pueden circular por ésta, tienen que bajarse al arrollo de la calle con el riesgo que esto implica.
Sobre todo por la presencia de los grandes trailers, aunque algunos se ve que tienen tiempo estacionados ahí porque las llantas y soportes que tienen para sostenerlos cuando están estacionados, están llenos de zacate y de hierbas, sin embargo otros sí se mueven constantemente, y un día van a aplastar a alguna persona que se haya bajado de la banqueta porque ésta se encuentra obstruida por los vehículos de los clientes del taller mecánico eléctrico.
Por eso mencionamos que dicha calle está en el más completo abandono en muchos sentidos, no se trata sólo de los baches, sino de la empresa de los trailers de la línea Tepatitlán, cuños dueños deben ser muy influyentes porque nadie ha podido sacarlos de la ciudad para que se estacionen en otro lado; más el dichoso taller que obstruye la banqueta, más la inseguridad, a cada rato les roban a los vecinos.
Si la autoridad municipal quisiera, quitaría esos tráilers de allí, clausuraría ese taller que estorba, pavimentaría la calle Barcelona con concreto -los vecinos están dispuestos a colaborar-, y la convertiría, con un angosto camellón en medio, en la primera entrada hacia el centro de la ciudad, la segunda sería la Arturo Bayardo, y la tercera la Hidalgo por la Alameda.
Es curioso cómo en la Alameda, junto a toda la acera que está frente al templo de San Tranquilino Ubiarco, que es ancha y llega así hasta la Unidad de Medicina Familiar del IMSS, la autoridad vial suprimió el estacionamiento de vehículos que a nadie estorbaban, por el contrario servía para los conductores que tenían que llegar al Seguro, mientras que en la calle Barcelona permite el estacionamiento permanente hasta de trailers y la obstrucción de banquetas por vehículos atravesados. Algo anda mal ahí.
Dice el dicho: Piensa mal y acertarás, esto respecto al estacionamiento de los trailers, pero no, yo no quiero pensar mal, por el contrario quiero pensar que como un signo de buena voluntad, en los próximos días comenzará la autoridad por lo menos tapando los baches y llamándole la atención el dueño del taller mecánico-eléctrico. Eso sería un buen comienzo.
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