Fanatismo


Por Gustavo González Godina


Me llamaron la atención algunas opiniones que plasmaron varios lectores en el sondeo de opinión que planteó el Semanario 7 días esta semana, pocas, por fortuna, la mayoría fueron congruentes y reflejaron el sentido común de quienes tienen claro en su mente lo que es el bien y el mal, qué está bien y qué está mal, con qué debe una persona normal estar de acuerdo y con qué no.


Si un niño sufre de cáncer y está muriendo por falta de los medicamentos necesarios para tratar de curar tan terrible enfermedad, y sus padres protestan por la falta de dichos medicamentos que está obligado el gobierno a proporcionar, si soy yo una persona normal, con sentido común, debo estar de acuerdo con los padres que protestan, y no puedo estar de acuerdo con el gobierno que no los proporciona, mucho menos con alguien que desvirtúa la protesta e insinúa que se trata de una conspiración contra el gobierno, que dichas protestas le parecen una inconformidad de carácter golpista, es decir, que buscan provocar un golpe de estado.


Es muy probable que para usted que me hace el favor de leerme, sea muy sencillo discernir quién tiene la razón en este caso, si los papás que protestan porque sus hijos se mueren, o el gobierno que no sólo no cumple con su obligación de proporcionar los medicamentos, sino que además los llama golpistas; pero no, no es tan sencillo si tomamos en cuenta otros factores, además de los conceptos del bien y del mal y del sentido común, especialmente uno de ellos que se llama fanatismo.


Fanatismo, según el diccionario de la Real Academia Española, es el apasionamiento y tenacidad desmedida en la defensa de creencias u opiniones, especialmente religiosas o políticas. “La psicología -según la misma fuente- afirma que el fanatismo surge a partir de la necesidad de seguridad que experimentan las personas que, justamente, son inseguras. Se trata de una especie de compensación frente a un sentimiento de inferioridad”.


Volviendo al sondeo de opinión, a la pregunta de ¿qué opinión le merecen a usted las declaraciones del doctor Hugo López Gatell, acerca del “golpismo” de los padres de familia que protestan?, hubo algunas opiniones que dijeron: “Tiene toda la razón el Sr. Gatell”, “No se hagan, ¿por qué no se quejaron cuando cierto gobernador les daba agua destilada como medicamento en las otras administraciones?”; “Sacado de contexto, las medicinas ya están en los hospitales, un problema del personal de salud”, y “Son (el Semanario 7 días) un medio de información sin criterio, espero no reciban dinero por debajo de la mesa para hacer publicaciones, yo vi la entrevista y nunca dijo eso”.


No aguanté las ganas y le contesté a esta persona: “Yo también vi la entrevista en El Chamuco TV y sí les llamó golpistas a los padres de familia, me parece increíble que aún haya personas como Marcos Antonio Ruiz Enríquez que defiendan al imbécil de Gatell. Deseo que nunca le dé cáncer a un familiar de Marcos Antonio”. Traté de conservar la ecuanimidad, pero no pude dejar de llamar imbécil a López Gatell. ¿Sabe lo que me contestó alguien que dice llamarse Rodrigo Betancourt? Me dijo:  “Gustavo González Godina si serás, no saques de contexto el mensaje o deberás (sic) (quiso decir de veras) sois estúpido, piensa, analiza, investiga con el cerebro no con el culo”.


El fanatismo -dice la enciclopedia- supone una adhesión incondicional a una causa. La ceguera que produce el apasionamiento lleva a que el fanático se comporte, en ocasiones, de manera violenta e irracional. El fanático está convencido de que su idea es la mejor y la única válida, por lo que menosprecia las opiniones de los demás.


De esta manera -agrega- podríamos determinar que el fanatismo se sustenta o identifica por cinco principales señas de identidad: el deseo de imponer sus propias ideas, el despreciar a quienes son diferentes, el basarse en una serie de ideas que son incuestionables, el tener una visión “cuadriculada” de las cosas pues todo es blanco o negro, y finalmente el carecer por competo de todo espíritu crítico.


“La falta de racionalidad puede llegar a tal extremo que, por el fanatismo, una persona mate a otra. Y cuando el fanatismo llega al poder político (como es el caso ahora de México), suele desarrollar todo un sistema para la imposición de sus creencias, castigando a los opositores con la cárcel o incluso la muerte”.


El más dañino, por supuesto, es el fanatismo religioso, de ahí la llamada Santa Inquisición que creó la Iglesia Católica en 1478 en España y que luego quemó a judaizantes y herejes por todo el mundo hispánico de ese tiempo; y de ahí algunos creyentes del Islam, que al grito de “Dios es Alá y Mahoma su Profeta” se hacen estallar y mueren con tal de matar a la mayor cantidad de personas posible para sembrar el terror. Claro que no les dejan otro camino Estados Unidos, Inglaterra, Francia, España y otros aliados que apoyan y protegen a Israel, que el camino del terrorismo, pero esa es la explicación y no la justificación, ésta no existe, y para el tema que estamos tratando, la explicación es también el fanatismo.


Sin embargo, también el fanatismo político es malo, como todos los fanatismos. Todo con medida, nada con exceso, decía un anuncio de cerveza hace muchos años. Y sí, todo en exceso es malo, hasta el trabajo, se han dado casos de japoneses que se mueren por tanto trabajar. ¿No le parece a usted un exceso y un caso de fanatismo, decir que la cita que hizo el periódico de la declaración de López Gatell, fue “sacada de contexto”? y que es “un medio de información sin criterio”, y peor aún, decir que soy un estúpido y que piense, analice e investigue con el cerebro y no con el culo, tan sólo porque no pienso como Él. “cuando el fanatismo llega al poder político -decíamos-, suele desarrollar todo un sistema para la imposición de sus creencias, castigando a los opositores con la cárcel o incluso la muerte”. Aún no llegamos a esa etapa, pero no está tan lejana como parece, hay que recordar que Rosario Robles está en la cárcel, y que a muchos aspirantes y candidatos opositores los mataron durante las campañas, como al candidato a la alcaldía de Cajeme, Sonora), a uno ya electo incluso. ¿Todavía ve usted lejano ese sistema para la imposición de las creencias de la 4-T? Yo francamente lo veo ya a la vuelta de la esquina, el fanatismo es evidente como ha quedado demostrado, y como lo vemos todos los días en las redes sociales… y en las Mañaneras.


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