Por Fabiola González Ontiveros
Ahora que por fin regresé a clases, volví a mi vida normal. Pero
esperen, una vida normal en Xalapa, o bueno, en el estado de Veracruz no es tan
normal y tan tranquila como la de Tepa.
Seguramente extrañaron el sol, que sé que nada más no quería voltear
hacia el occidente, en cambio desde donde les escribo ha tenido un clima
perfecto toda la semana.
El problema no es el clima, ya ni siquiera es el tráfico, y miren
que la “Atenas Veracruzana” tiene un gravísimo problema de vialidad, porque al
parecer nadie sabe manejar, y todos los días hay accidentes a lo largo y ancho
de la ciudad.
La seguridad en nuestro país es algo preocupante, sí, pero la
mayoría de las personas que no tienen nada que ver con el crimen organizado no
se alteran tanto, el mayor miedo es estar en el lugar equivocado en el momento
equivocado.
Por suerte en Tepatitlán nunca me ha dado miedo, ya sea que estén
más tranquilos o más escondidos o que no tengan pleito entre ellos, pero la
ciudad hasta cierto punto es muy tranquila y pocas veces se sabe que alguna
tragedia referente al crimen organizado ha sucedido.
En cambio en Veracruz es otra historia, uno puede ver a los marinos
en cualquier lado listos para disparar en cualquier momento, y eso es algo a lo
que nos hemos tenido que acostumbrar poco a poco.
Cada vez que toco tierras jaliscienses, más de alguno me pregunta
“¿y cómo está allá? ¿Ya está más tranquilo no? Ya no se ha sabido nada…” Y pues
sí, les digo, más bien ya no se ha sabido nada.
Aunque el crimen organizado es un problema nacional, cada pueblo
tiene sus historias y sabe quién es quién, y aunque para el resto del país
Veracruz esté “más tranquilo”, yo que vivo ahí, les puedo decir que uno no está
nada tranquilo.
No tengo tanto miedo precisamente por lo dicho antes, si uno no la
debe, pues no la teme, pero de cualquier manera hay que tomar precauciones. Por
ejemplo, justo estaba escuchando de una profesora, que cuando uno vaya en la
noche en carro si se ve que vienen un montón de patrullas o algo parecido, lo
mejor es prender la luz y apagar la música como para que lo vean a uno, y más o
menos lo que hay dentro del vehículo, para que no los vayan a ver como
sospechosos.
Pues no llevo ni una semana aquí, cuando estando yo en mi vicio que
es Twitter, comienzo a leer un montón de RT’s sobre el secuestro de un señor,
papá de una amiga de algunos de mis compañeros. La cosa estuvo así: Al parecer
llegaron un montón de encapuchados en camionetas y armados y empezaron a romper
ventanas de casas y vidrios de una colonia de la ciudad, en la que se llevaron
únicamente al señor éste.
Al principio decían que se habían llevado a varios vecinos también,
pero al final dijeron que siempre no, que nada más al señor. Al ver que la
gente se quedaba sin hacer nada y en la impotencia de ver cómo se llevaban a su
papá, la muchacha, que se llama Jessica, comenzó a twittear en busca de
atención y ayuda. La respuesta fue tal que para la noche del jueves, el hashtag
#secuestroxalapa fue trending topic en México.
Para entonces le pregunté a mi papá, que dirige un reconocido
periódico de la ciudad y que en ese momento estaba en la oficina, qué sabía
sobre el asunto. “Nada” me dijo. Así que le comencé a contar el revuelo que
estaba causando el secuestro de este señor en Twitter.
El jueves fue un día difícil para Xalapa, todo el día hubo
problemas, rondando las calles aledañas a mi universidad, balacera en otro
punto de la ciudad y una persecución por la noche en el centro. Su servidora
estuvo todo el día encerrada después de la escuela, incluso me di el lujo de
dormir un rato en la tarde, sin la menor idea de que en otros lados había
tensión y caos por la guerra contra el crimen organizado.
No sé por qué hayan levantado al señor, pero si rompieron casas me
imagino que lo estaban buscando. No quiero decir que tenga algo que ver los
narcos, que se la deba a alguno o algo parecido, a estas alturas del partido
basta con que uno sea un problema para cualquiera de ellos para que nos cargue
el payaso…
Así las cosas, así que antes de pensar que cualquier lugar está
“tranquilo”, es más bien porque no nos hemos enterado, porque muertes sigue
habiendo TODOS los días por culpa de la guerra, los traficantes igual son unos
desgraciados, pero estoy hablando de muertes, no de gente buena o mala.
En efecto creo que aquellos que tienen algo que ver con el crimen
organizado, tienen más posibilidades que los demás de que algo malo les suceda,
pero definitivamente hay también mucha gente que no tiene ni vela en el
entierro y también ha perdido la vida, así que mi solidaridad está con todas
esas familias que tienen a un muerto o a un desaparecido, aunque ahora un
desaparecido por el crimen organizado sea prácticamente un sinónimo de muerto.
Fuerza para todos ellos.
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